jueves, 15 de diciembre de 2016

Lo que el Guión Esconde



LO QUE EL GUIÓN ESCONDE

La miniserie de televisión Lo que escondían sus ojos,  producida por Mediaset España, banaliza de manera vergonzante uno de los períodos más oscuros y sangrientos de la historia de España. Basada en la novela homónima de Nieves Herrero, narra el romance clandestino vivido entre Ramón Serrano Suñer y la marquesa de Llanzol, obviando absolutamente la ideología y trayectoria de uno de los hombres fuertes del régimen franquista.

El señor Suñer fue un nazi convencido que intimó con Himmler, el jefe de las SS, al margen, claro, de haber sido cómplice y agente activo de una dictadura por la cual miles de personas fueron fusiladas y encarceladas. Nada que objetar a que se realicen biopics de personajes históricos, sea cual sea su ideología y convicción, pero lo que no es ético es falsear la historia.

Este personaje existió realmente e hizo cosas. Ignorar tales acciones es darle un protagonismo y relevancia que, a todas luces, no merece. Desinformar intencionadamente sobre los actos que realizó este señor y, lo que es peor aún, convertirlo en un héroe, en un galán, no parece que sea digno de recibo.

En Alemania este tipo de jugueteos con la historia son delito. Allí esta serie no hubiera visto la luz y, en el hipotético caso de que sí, tendría pena de cárcel. Decir simplemente que los campos de concentración no existieron está penado en el país germano. Allí han superado un duro período de su historia a base de ser rigurosos con la misma; tergiversarla es delito y punto. Además educan en valores para que se conozca y no se repita la barbarie. Regularmente, con todo rigor y visado por historiadores y especialistas, le enseñan a los alumnos videos, reportajes, etc., del periodo nazi, para mostrarles el horror.

Tuvieron que pasar 60 años desde la caída del Tercer Reich para que en Alemania se abordase la figura del Fürher en una película. El Hundimiento, dirigida en 2004 por Oliver Hirschbiegel e intentando arrojar luz sobre los últimos días de Hitler con rigor histórico y crudo realismo, fue estrenada no sin polémica.

Mientras, aquí, no sólo es el estado, es decir todos los españoles, quien paga anualmente 115.000 euros por el mantenimiento del Valle de los Caídos, incluyendo un ramo de flores que diariamente se deposita sobre la losa del sátrapa del bigotillo desde 1975, sino que, incluso, a la misma persona que firmaba diariamente decenas de penas de muerte y que consideró apátridas a los españoles recluidos en los campos de exterminio nazis se le transforma en un buenorro guaperas.

Antonio Jesús García


Publicado La Voz de Almería (15-12-16)


jueves, 8 de diciembre de 2016

La Reina de España


LA REINA DE ESPAÑA

Una nueva represalia más contra el mundo de la cultura. En esta ocasión con motivo del estreno de La reina de España, la nueva película de Fernando Trueba, que ha venido acompañada de una fuerte campaña de boicot en su contra. El motivo no es otro que la supuesta falta de españolidad del oscarizado director tras sus palabras pronunciadas durante el discurso de agradecimiento al recoger el Premio Nacional de Cinematografía de 2015. Unas palabras sacadas fuera de contexto de una, quizás, poco afortunada alocución.

Respecto a los que además le exigen al cineasta el devolver o no optar a subvenciones, hay que tener en cuenta que éstas nunca son a los directores sino a los proyectos de producción. Estas empresas de producción sí que tienen que acreditar nacionalidad española, pero nunca el director. De manera que han recibido la pertinente ayuda del Ministerio de Cultura producciones mayoritariamente  españolas como Lope (2010) o Exodus (2014) de capital principalmente norteamericano, contando en el primer caso con la dirección del brasileño Andrucha Waddington, y en el segundo del británico Ridley Scott.  En su momento proyectos capitaneados por Anthony Mann (El Cid),  Steven Spielberg (El Imperio del Sol) o Woody Allen (Vicky Cristina Barcelona) también gozaron de la colaboración del gobierno, a pesar de, a buen seguro, lo poco españoles que se deben sentir. Esto sin olvidar que en los 60 los americanos venían a rodar a España por las ayudas que recibían.

Al margen de ser totalmente lícito lo español o no español que se pueda  sentir una persona, resulta más que evidente que la situación de millones de parados, la ley mordaza, los desahucios o la pobreza energética no son motivos para estar muy orgullos de un país. Al contrario, faltar el respeto de un país es evadir impuestos, es defraudar a la seguridad social y lo es guardar capital en cuentas en Suiza. Falta de respeto es la señorita Andrea Fabra gritando ¡que se jodan!, a los parados, en el Congreso de los Diputados mientras se presentaba el mayor recorte presupuestario acometido en la reciente historia de España. Y la corrupción es la manera más brutal de ofender a un país, por mucho que se tire de rojigualda en la correa del reloj o en el cuello del polo.

Desolador resulta constar, una vez más, la falta de respeto y estima que por parte de un sector de la población, muy español y mucho español, se le tiene a la cultura y a sus  creadores. En cambio, unos señores que casi con toda seguridad no suelen ir al cine, alardeando de que no van a ir a verlo, son ridículos cuanto menos. 


Antonio Jesús García


Publicado La Voz de Almería (8-11-16)

jueves, 1 de diciembre de 2016

Huelga de Padres Caídos


HUELGA DE PADRES CAÍDOS

La Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado (Ceapa) ha instado a las familias de las distintas comunidades autónomas a negarse a hacer las tareas escolares durante los fines de semana del mes de noviembre e invitando a los padres a justificarlo con argumentos tan peregrinos como haber priorizado las actividades familiares sobre los deberes escolares. 

Al margen de no parecer muy edificante educar a los hijos bajo valores como la insumisión y dejando a un lado el más que posible necesario debate sobre deberes sí o deberes no, a esta Confederación no parece preocuparle en absoluto que España sea de los países de la Unión Europea que más ha recortado en educación durante los últimos años. El aumento de ratio por alumnos en clase, el cambio de condiciones para la concesión de becas, la reducción de presupuesto o eliminación de diferentes ayudas no parecen ser motivo suficiente de protesta alguna.

Los mismos padres no dudan en saturar a sus hijos de actividades extraescolares inscribiéndolos en cursos de lucha grecorromana, sexar ornitorrincos o tocar la flauta dulce con el pie con tal de tenerlos ocupados, reniegan de echarles una mano a la hora de reforzar y estimular su aprendizaje, porque además se trata de eso, de ayudarles puntualmente, cuando ellos lo necesiten, no de hacérselos. Optándose, una vez más, por menoscabar la figura del profesor y menospreciar su autoridad. Si mi padre me dice que no le haga caso en esto, ¿por qué voy a hacérselo en otros casos? Esta parece ser la gran enseñanza aprendida en esta batalla.

Por si fuera poco, una conocida marca de ensamblaje de muebles se une a la causa con una oportunista campaña publicitaria: Salvemos las cenas. Menos deberes y más cenas en familia. Culpando, poco más o menos, a los deberes escolares de todos los males habidos o por haber. Camuflado bajo una importante capa de buen rollito, el mensaje subyacente no es otro que el de menos hacer deberes y más gastarse la pasta en los grandes almacenes, que así seréis más felices.

La acción de la Ceapa implica perversamente otra lectura, la de propiciar la incultura; que el alumno al salir de clase desconecte el cerebro de toda actividad intelectual. Curiosamente, esta guerra sólo es con la enseñanza pública, mientras que en la privada no sólo es lícito encargar tarea sino además si se tercia colgar del palo mayor a quien deso­bedezca. Sin dudar de toda la buena intención que estos señores pudieran tener, no deja de sorprender lo dispuestos que estamos siempre a comprarle las armas al enemigo.



Antonio Jesús García


Publicado La Voz de Almería (1-12-16)


jueves, 24 de noviembre de 2016

Postureo Político


POSTUREO POLÍTICO

Si ya de por si resulta desconcertante el nivel de postureo de nuestros políticos, lo es más aún el constatar, pese a sus abultados currículos repletos de másters  internacionales, becas, medallas y cruces meritorias varias, su poco o nulo conocimiento del entramado cultural de la sociedad en la que viven.

En una de sus primeras comparecencias en su recién estrenado cargo, Íñigo Méndez de Vigo, Ministro de Educación, Cultura y Deporte, lamentó la muerte del cantautor Leonard Cohen de una forma un tanto particular, afirmando que se trataba de un artista cuyas canciones “han bailado muchas generaciones de españoles”.  Si algo no son los temas del desaparecido bardo canadiense de grave y desgarradora voz, son bailables.

Esperanza Aguirre, a la sazón también Ministra de Educación y Cultura en ese momento, en una entrevista radiofónica en la COPE manifestó desconocer quién era Santiago Segura, popular en ese momento por su papel en El día de la Bestia. A pesar de no existir aún las redes sociales el pollo mediático montado fue de cuidado. “Fue como si hubiera dicho que no sabía quién era Cervantes”, recordaba la política en su autobiografía autorizada. La mala fama cultural de Aguirre propició el caldo de cultivo adecuado para el apócrifo episodio en el que supuestamente, al ser interpelada sobre su opinión de Saramago, contestó: “No conozco a Sara Mago”.

Tras recomendar la lectura del filósofo alemán Immanuel Kant, y ser conminado a decir un título, Albert Rivera, el líder de Ciudadanos, respondió: “Yo, la verdad, es que no he leído a Kant”.

Pero esta ignorancia supina no es patrimonio exclusivo de la derecha, el presidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero, no solo perdió un televisado debate electoral por desconocer cuál era el precio de un café en la calle, sino que, durante el transcurso de una entrevista personal con el cantante Loquillo, confesó al rockero su desconocimiento absoluto del que probablemente haya sido el movimiento social, musical y juvenil más importante de la historia del siglo XX, el rock and roll. Curiosamente músico y político comparten año de nacimiento.

Desolador resulta el desprecio que la élite política siente por la cultura,un sector que representa aproximadamente un 4% del Producto Interior Bruto y cuyas políticas culturales nunca han estado a la altura de sus creadores, ya que sólo parecen interesarles para el momento de hacerse la foto.

Está claro que a unos los sacas de Bertín Osborne, Norma Duval y del brazo incorrupto de Santa Teresa y a otros de Joan Manuel Serrat, Paco Ibáñez y La Internacional, y se pierden.


Antonio Jesús García


Publicado La Voz de Almería (23-11-16)




Pueblos del Mundo: ¡Extinguíos!

PUEBLOS DEL MUNDO: ¡EXTINGUÍOS! La creatividad es la capacidad de generar nuevas ideas o conceptos a base de asociar entre s...