jueves, 14 de diciembre de 2017

Psycho Blahnik



PSYCHO BLAHNIK

“...esclava de las modas que vienen, de las modas que pasan”, nos describía Loquillo en Cuentas Pendientes. La crisis ha propiciado que un sector de esos fervientes seguidores de estilos y tendencias tenga que renunciar a ir vestido de marca de arriba a abajo.

La precariedad obliga a seleccionar y a veces nos encontramos con que nos define mejor lo que tenemos que lo que nos cubre, donde los complementos se imponen al todo y lucimos sin ningún rubor ni complejo un lujoso bolso de Louis Vuitton junto a un vestido retro de tu abuela. Trajes outlet de hace quince años usados por snobs de tablet y smartphone. O jóvenes estudiantes de arte ataviados, a modo de chal, con una cutre manta de los chinos, que les confiere un aspecto a caballo entre refugiados sirios y el Algarrobo de Curro Jiménez, a la vez que sostienen un MacBook entre sus manos.

Evidentemente existen otros sectores a los que la crisis no sólo no les ha afectado, sino que su posición se ha visto reforzada y que no dudan en marcar las diferencias recurriendo a valores seguros.

Una de esas apuestas que nunca decaen son los manolos, me refiero a los zapatos, claro; no al grupo rumbero y su Amigos para siempre means you´ll always be my friend, cuyo mensaje parece haber caído en saco roto.

Nada mejor para representar ese valor seguro y siempre en alza que las creaciones del genial diseñador Manolo Blahnik, del que en la actualidad y hasta el ocho de marzo próximo se exhiben 212 piezas en el Museo de Artes Decorativas de Madrid.

El éxito de Blahnik se basa en no seguir ninguna tendencia y crear calzado que sobrepasa el concepto de moda para convertir objetos de deseo en fetiches, con su mezcla de estilos y referencias artísticas del pasado.

Cuenta la leyenda que algunas señoras, en una especie de perversa actualización del infantil cuento de La Cenicienta, no dudan en dejarse amputar una falange del meñique con tal de poder calzarse unos manolos.

No creo sea necesario aclarar que, por descontado, sólo se trata de eso, de una leyenda urbana, al tiempo que se puntualiza que las leyendas sólo las arrastran o tienen quienes pueden permitírselas, o sea, los grandes entre los grandes.

No obstante, sin menospreciar en absoluto el trabajo del fantástico diseñador,  y dada la naturaleza generosa del que escribe, desde esta columna ofrezco altruistamente los ingredientes básicos para un relato de terror o guión cinematográfico. Basta conjugar los términos: amante, manolos, sábanas, hotel y sierra mecánica. El resto lo dejo a su libre imaginación. A cambio sólo pido ser citado en los créditos.



Antonio Jesús García

Publicado La Voz de Almería (14-12-17)







jueves, 7 de diciembre de 2017

Te inventaba Conmigo


TE INVENTABA CONMIGO

El pasado dos de diciembre en los Aljibes Árabes de Almería se estrenó en pase privado para la familia y amigos el corto documental de quince minutos de duración “Te Inventaba Conmigo” del jovencísimo cineasta almeriense Daniel Parra y cuyo título recoge unas palabras de Aunque Tú No Lo Sepas, uno de los poemas más conocidos de Luis García Montero.

La protagonista absoluta es Lola Córdoba, de 85 años, que en 1975 y con cuatro hijos pequeños, enviudó prematuramente. A veces, y probablemente sin maldad alguna en el barrio, en la calle, existía una especie de estigmatización hacia todo lo que se salía de la norma: “esa es madre soltera”, “el primo de este estuvo en la cárcel” o “ese niño no tiene padre”, etc. Por fortuna, a la mayoría de la chiquillería eso le traía sin cuidado y lo único que de verdad importaba era si en el patio aguantabas bien el peso jugando al puño o vaina. En definitiva, si eras un buen compañero. Lo demás no entraba en la ecuación de la calle. Un poco como la Venus de Milo, que la hemos conocido ya sin brazos y que aunque se supone que los tuvo, nadie los echa de menos a la hora de exhibirla en el Louvre. Como es lógico, muy distinto sería de puertas para adentro.

Inexorablemente el tiempo pasa y esos niños tienen hijos, y éstos emprenden una búsqueda hacia su pasado y sus raíces. Daniel, que es nieto de Lola, y que nunca conoció a su abuelo, se vale del formato de la entrevista para hurgar, sacar a flote y desempolvar los recuerdos más profundos y recónditos de la mente de su abuela para contarnos una emotiva historia sin caer en el sentimentalismo ñoño habitual.

Puede que el público asistente no fuera el más cinéfilo del mundo, pero era el que tenía que ser, y la emoción humedeció los ojos de la mayoría de los asistentes. Curiosamente y, sin querer establecer ningún tipo de paralelismo, a esa misma hora y en sala comercial se proyectaba “El Autor”  del también cineasta almeriense Manuel Martín Cuenca, uno de los directores con más proyección y personalidad dentro del panorama cinematográfico actual.

Te Inventaba Conmigo es una historia sobre la memoria, el recuerdo, la vida y la muerte, pero, sobre todo, es una historia de amor, a la familia, los hijos y marido a pesar de la ausencia de éste y, en definitiva, a la vida misma. Daniel te la muestra y te hace partícipe de ella, compartiendo sus sentimientos de la forma más honesta posible, careciendo absolutamente de trampa y artificio. Ilusionante se antoja la carrera del joven Parra.



Antonio Jesús García


Publicado La Voz de Almería (7-12-17)


jueves, 30 de noviembre de 2017

Espacios en Blanco



ESPACIOS EN BLANCO

La expresión Novela Gráfica suele hacer referencia a un tipo de historia dirigida a lectores, por así decirlo, maduros; y podríamos distinguir dos booms del término: El primero, a finales de los setenta, cuando la expresión aparece en las cubiertas de Bloodstar, de Richard Corben, en 1976, y en 1978 en la del Contrato con Dios de Will Eisner, el considerado padre del fenómeno. Y el segundo, a principios del siglo XXI, con obras de temática costumbrista y publicado por editores no convencionales, destacando los autores francófonos, ya sean canadienses, como Pyongyang de Guy Delisle, en 2004, o franceses, como Persépolis de Marjane Satrapi en 2000. 

Para Paco Roca, uno de los máximos exponentes españoles de este movimiento y cuya obra Los Surcos del Azar, publicada por Astiberri, reconstruye la historia de La Nueve y que fue elegida como el mejor cómic nacional en el Salón de Cómic de Barcelona de 2014, este género le permite “una narrativa diferente y una mayor cabida de diferentes temáticas y enfoques gráficos”.

De reciente publicación y también editado por Astiberri, nos encontramos con Espacios en Blanco, de Miguel Francisco, donde ajusta cuentas con su pasado y con los hechos acontecidos a su familia durante el periodo de la guerra y la posguerra. Si la obra de Roca se podría calificar de necesaria por lo que de recuperación de nuestra memoria tiene, la sinceridad y honradez con la que Francisco se enfrenta a su historia es casi desoladora.

Durante su exilio laboral en Helsinki, mientras creaba Angry Birds a destajo, Francisco decide, para dejar como legado a su hijo, rellenar esos espacios en blanco de la historia de su familia, construir esos huecos y vacíos de las conversaciones mantenidas con su propio padre acerca de la infancia de éste junto a su progenitor, abuelo del autor, durante la Guerra Civil y la postguerra. Naturales de Sorbas, la historia de los antepasados de Miguel Francisco es, a su vez, la historia de muchas familias españolas, por lo que lo que tiene de catarsis y de terapéutico para el autor, lo tendrá a su vez para los lectores que se paseen por sus páginas.

Si el término arteterapia, es decir, la capacidad del arte como forma de comunicación para  expresar y comunicar sentimientos incitando a la reflexión, lo utilizamos, generalmente, para cubrir con su amplio manto un sinfín de buenas intenciones de valor artístico más que discutible, en este caso no lo es en absoluto, ya que el autor, a través de su inigualable narrativa, trasciende  más allá del cómic para acercarnos a lo que somos a través de lo que hemos sido.



Antonio Jesús García


Publicado La Voz de Almería (30-11-17)

jueves, 23 de noviembre de 2017

Pitonisa Lola (Flores)



PITONISA LOLA (FLORES)

A lo largo de su más que exitosa y longeva permanencia en parrilla, los Simpsons, la famosa familia amarilla, aparte de entretenernos con su humor, han vaticinado sucesos o eventos que años más tarde han sucedido en la vida real. Quizá uno de los más inquietantes haya sido la precognición de la presidencia de Donald Trump. El objetivo de Matt Groenning no era otro que el de hacer una crítica hilarante y descabellada de la sociedad. Si convenimos que la humanidad evoluciona hacia el absurdo no deja de ser lógico que algunas sus predicciones se cumplan.

Sin embargo, se ha pasado por alto el sentido profético de uno de nuestros más ilustres famosos: la pitonisa Lola, y no nos referimos a la de las velas negras, sino a María Dolores Flores Ruíz, Lola Flores.

La Faraona no sólo ha dejado para el imaginario colectivo y el habla popular la gran frase “si me queréis, irse” para solicitar a alguien, en tono humorístico, que abandone un lugar, sino que también fue precursora en diferentes y variopintas cuestiones.

Ella inventó el Rap. Este término viene de Rhythm and poetry (ritmo y poesía) y es un género musical desarrollado a finales de los años 60 por la comunidad afroamericana de Estados Unidos. Aunque ya existían antecedentes, en 1964, con letra de León y Quintero, Lola Flores grababa Tanguillo de La Guapa de Cádiz, en un recitado rítmico de la letra más cercano al rapeado que al cantado.

Su gran visión comercial le hizo ser toda una precursora del merchandising. La Faraona propuso a los creadores de las muñecas flamencas de souvenirs que hiciesen una con ella. La figura estaba incluso peinada por el propio peluquero de la artista. Evidentemente la dueña del Lerele se llevaba un porcentaje de las ventas.

También fue de las primeras personalidades de la farándula en coger los pinceles y dedicarse a ensuciar lienzos, logrando exponer hasta en Nueva York.

Pero si de verdad nuestra artista merece figurar en las enciclopedias al lado de Nostradamus es por profetizar el crowfunding. Fue en el primer caso de Hacienda contra un famoso, entre el año 82 y 85, Lola y el Pescaílla no presentaron la declaración de la renta. En su defensa alegó no recordar si había hecho o no la declaración; una avanzadilla del “no me consta” actual. “Si una peseta me diera cada español…”, la ocurrencia de la artista para recaudar el importe reclamado; a buen seguro ha sido la fuente de inspiración para la Caja de Solidaridad con la que la Asamblea Nacional Catalana hace frente a las multas impuestas a sus dirigentes.


Antonio Jesús García


Publicado La Voz de Almería (23-11-17)

Pueblos del Mundo: ¡Extinguíos!

PUEBLOS DEL MUNDO: ¡EXTINGUÍOS! La creatividad es la capacidad de generar nuevas ideas o conceptos a base de asociar entre s...