¿TU QUÉ? ¡VETE A LA
MIERDA!
Si non e vero e ben trovato, el dicho italiano parece ser el leitmotiv de
ciertos medios de comunicación de carácter satírico y paródico cuyas falsas
noticias, con un punto de verosimilitud, aparte de provocar una sonrisa, han
hecho dudar a más de un despistado. Especialmente divertido me pareció Tàpies
reniega de su obra tras graduarse la vista. Sin embargo, habitualmente te encuentras con titulares cuya supuesta
gracia no terminas de vislumbrar, pero
en las que, invariablemente, te hiela la sonrisa cuando descubres que no se
trata de una broma, sino de una noticia real, como Rusia quiere que no sea delito pegar a la mujer una vez al año.
Mayor perplejidad, aún si cabe, causa conocer que detrás de esta
iniciativa está una mujer: la diputada Elena
Mizulina, que opina que un hombre vaya a la cárcel por haber agredido a
su esposa durante una discusión es algo que "va contra la familia".
“No importa lo que ha
pasado. Él es un hombre y usted lo ama. Él merece Lucky”, rezaba el cartel
de la mencionada marca de perfume ilustrado con una imagen de una mujer con un
ojo morado y un hombre con guantes de boxeo cuando la publicidad sexista era
más que habitual. Esto ocurría a
mediados del siglo pasado, pero la medida soviética se produce en pleno siglo
XXI en un país donde el 40% de los crímenes violentos se producen dentro
de la familia. Para terminar de
arreglarlo, la idea cuenta con el beneplácito de la Iglesia Ortodoxa rusa, que cree
que el castigo corporal es disculpable si se hace con amor.
Difícil de entender que la
comunidad internacional calle ante este y ante tantos otros casos. Según
Amnistía Internacional una de cada tres mujeres ha sido golpeada, obligada a
mantener relaciones sexuales o maltratada a lo largo de su vida, en muchos
casos auspiciadas por una ley machista y retrógrada que lo permite. Condenable y lamentable la destrucción del
importantísimo patrimonio histórico por parte de los talibanes en Afganistán
pero peor aun se antoja el estatus marginal otorgado a la mujer.
Las
condenas, las concentraciones y los minutos de silencio que se suceden tras
cada acto de violencia de género parecen servir de poco pues el número de
víctimas de violaciones y asesinatos parecen no parar de aumentar diariamente
en todo el mundo.
La
solución esta en la educación, en una basada en valores de igualdad, sobre todo
en desterrar de una vez por todas el artículo posesivo de las relaciones
sentimentales: el “mi” mujer. Hacer ver a esos hombres que creen que las
mujeres están
ahí para servirlos, que son suyas por derecho, que una persona jamás es de otra. ¿Tu
qué? ¡Vete a la mierda!
Antonio
Jesús García