Hace
pocas fechas nos sorprendía la noticia del veto del ayuntamiento de
Vera a la obra de teatro Estrella
Sublime por bromear
supuestamente sobre religión, católica, se entiende, tras ser
censurada también en Écija al
parecer por presiones del mundo cofrade y eclesiástico.
Al
mismo tiempo, el ayuntamiento de Barcelona acaba de vetar colgar
en las calles de su ciudad la imagen promocional de la muestra
internacional de fotoperiodismo World
Press Photo,
por el simple hecho de que ésta es un retrato del torero Juan José
Padilla, diestro que perdió un ojo tras una cornada.
Curiosamente
los dos consistorios niegan haber practicado censura alguna y se
escudan tras eufemismos tales como el de no ser adecuadas, cuando una
viene avalada por
formar parte del programa cultural de
la Junta de Andalucía “Enrédate” y la otra tras ser galardonada
en un prestigioso certamen internacional de fotografía. Que
falta de respeto, qué atropello a la razón,
como reza el famoso tango popularizado
por Gardel.
No
deja de ser paradójico que, mientras los dos consistorios andaluces
gobernados por el PP (uno de ellos en coalición), vetan esta muestra
teatral, Juan
Manuel Albendea, presidente de la Comisión de Cultura del Congreso,
considera "una censura propia de la era franquista" la
decisión del ayuntamiento barcelonés.
Y
por otro lado
tampoco
deja de ser absurdo que Barcelona, ciudad cosmopolita y adalid de
libertades en algunas épocas de su historia, se atreva a algo tan
mezquino y ruin como prohibir la exhibición de una imagen por el
simple hecho de representar a un torero debido a su política
antitaurina; mala imagen sin duda para una ciudad con una decidida
apuesta por la cultura. Que resulte ofensiva la muestra de la imagen
de un torero y no lo sea cualquier otra de las presentadas donde a
buen seguro se muestran cadáveres, asesinatos, niños soldado y
demás violaciones de derechos humanos, resulta cuanto menos
preocupante. Una fotografía de un conflicto bélico no es apología
de la guerra.
Siguiendo
esta línea se podrían prohibir las Tauromaquias de Goya o privar a
los turistas que visitan la ciudad catalana de los grabados taurinos
del museo Picasso.
El
lado lúdico y positivo lo encontramos en la iniciativa de varios
fotógrafos en apoyo del censurado Daniel
Ochoa de Olza,
que, denunciando lo que consideran un ataque a la libertad de
expresión, han iniciado una campaña posando a lo Padilla, es decir,
con montera, sombrero o lo que sea y un ojo tapado. Movimiento viral
que ha proliferado rápidamente por las redes sociales.
Que
el mundo fue y será una porquería,
ya lo sé...
Antonio Jesús García
Publicado La Voz de Almería 24-10-13
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