LA SINRAZÓN DE LOS EXTREMOS
No
repuestos del estupor causado por el atentado cometido contra la
revista satírica Charlie Hebdo, tras su condena, se impone una
reflexión.
Apuntar
que si se editara en España, la revista tendría serios problemas
con la justicia, denunciados, muy probablemente, por muchos de los
que han mostrado su repulsa a la agresión. La consternación
acaecida ante semejante ataque a la libertad de expresión por la
misma clase política y mediática que jaleó y justificó el
secuestro de la revista El Jueves no resulta del todo convincente.
Al
tiempo de señalar como irrefutables malos de esta película a los
fanáticos asesinos del turbante, el cristiano gobierno español
aprueba la denominada Ley Mordaza, por la que ya ha mostrado su
preocupación el Consejo de Europa, y gracias a la cual las
espontáneas manifestaciones en París tras los crímenes habrían
sido totalmente ilegales en España
Resulta
grotesco ver a los políticos hacer de adalides de la libertad de
expresión, mientras se arresta por determinadas canciones, por hacer
fotos o se censura una representación teatral por bromear sobre la
religión católica. El cantante Javier Krahe fue acusado por un
delito de ofensa al sentimiento religioso. Mientras en el Código
Penal exista tal tipificación, los fanatismos religiosos tendrán un
asa al que acogerse, no solo el islámico. Fernández Díaz, Ministro
del Interior, católico y enemigo declarado del aborto y el
matrimonio gay, milita en una orden religiosa a la que el Papa
Benedicto XVI no reconoce legitimidad.
Mientras
estos hechos dan alas al ultraconservador Frente Nacional de Le Pen,
el popular García Albiol, alcalde de Badalona, aprovecha el atentado
de París para sacar su vena xenófoba.
Paradójicamente
bromear con el islam es libertad de expresión mientras hacerlo sobre
el judaísmo es antisemitismo. Para terminar de arreglarlo el Papa
Paco, como un Zidane cualquiera, ha declarado que si le mientan a la
suya madre no duda en liarse a hostias.
La
agresión parisina recuerda a la sufrida
en la revista El Papus de manos de la Alianza Apostólica
Anticomunista, Triple A. Poco ha cambiado, desde entonces la sinrazón
de los extremos. No hay que limitar la libertad de expresión, sino
el fundamentalismo. La redacción de
Charlie Hebdo
no cedió en su defensa de la misma, por eso, el mejor homenaje que
se le puede hacer es seguir riéndose de la patria, la raza, la
familia, la religión, sus profetas y lo que venga en gana.
Antonio
Jesús García
Publicado
La Voz de Almería (22-1-15)
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