jueves, 22 de enero de 2015

La Sinrazón de los Extremos



LA SINRAZÓN DE LOS EXTREMOS

No repuestos del estupor causado por el atentado cometido contra la revista satírica Charlie Hebdo, tras su  condena, se impone una reflexión. 
 
 Apuntar que si se editara en España, la revista tendría serios problemas con la justicia, denunciados, muy probablemente, por muchos de los que han mostrado su repulsa a la agresión. La consternación acaecida ante semejante ataque a la libertad de expresión por la misma clase política y mediática que jaleó y justificó el secuestro de la revista El Jueves no resulta del todo convincente.

Al tiempo de señalar como irrefutables malos de esta película a los fanáticos asesinos del turbante, el cristiano gobierno español aprueba la denominada Ley Mordaza, por la que ya ha mostrado su preocupación el Consejo de Europa, y gracias a la cual las espontáneas manifestaciones en París tras los crímenes habrían sido totalmente ilegales en España

Resulta grotesco ver a los políticos hacer de adalides de la libertad de expresión, mientras se arresta por determinadas canciones, por hacer fotos o se censura una representación teatral por bromear sobre la religión católica. El cantante Javier Krahe fue acusado por un delito de ofensa al sentimiento religioso. Mientras en el Código Penal exista tal tipificación, los fanatismos religiosos tendrán un asa al que acogerse, no solo el islámico. Fernández Díaz, Ministro del Interior, católico y enemigo declarado del aborto y el matrimonio gay, milita en una orden religiosa a la que el Papa Benedicto XVI no reconoce legitimidad.
Mientras estos hechos dan alas al ultraconservador Frente Nacional de Le Pen, el popular García Albiol, alcalde de Badalona, aprovecha el atentado de París para sacar su vena xenófoba.

Paradójicamente bromear con el islam es libertad de expresión mientras hacerlo sobre el judaísmo es antisemitismo. Para terminar de arreglarlo el Papa Paco, como un Zidane cualquiera, ha declarado que si le mientan a la suya madre no duda en liarse a hostias.

La agresión parisina recuerda a la sufrida en la revista El Papus de manos de la Alianza Apostólica Anticomunista, Triple A. Poco ha cambiado, desde entonces la sinrazón de los extremos. No hay que limitar la libertad de expresión, sino el fundamentalismo. La redacción de Charlie Hebdo no cedió en su defensa de la misma, por eso, el mejor homenaje que se le puede hacer es seguir riéndose de la patria, la raza, la familia, la religión, sus profetas y lo que venga en gana.


Antonio Jesús García



Publicado La Voz de Almería (22-1-15)



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