NARCISO: LA SELECCIÓN
NATURAL
El
selfie, también definido como auto foto, engrosa la lista de voces
inglesas que se ponen de moda para denominar acciones de las que ya existe su correspondiente palabra en español
y que, en realidad, suele ser un autorretrato realizado con una cámara digital,
generalmente de las incorporadas al móvil o tablet, con el fin de difundirla
rápidamente en las redes sociales. Normalmente incluye parte del estirado brazo
del autor, aunque últimamente se ha incorporado a la moda el selfie de grupo. Actores y famosos se
prestan gustosamente a colaborar ante el acoso del fan de turno teléfono en
mano, cuando no son ellos mismos los que se prestan a realizarlos incluso en
las más variopintas ocasiones, como el de Ellen DeGeneres, presentadora de los Oscar 2014, que tuiteó uno con
varios actores, entre ellos Meryl Streep, Julia Roberts y Brad Pitt. Más
que comentarios suscitó el de Barack Obama y la rubia primera ministra de Dinamarca
Helle Thorning-Schmidt en pleno funeral por Nelson Mandela. Y enorme
indignación provocó el de una sonriente turista norteamericana en su visita al
campo de concentración de Auschwitz.
La búsqueda del supuesto selfie perfecto o más original lleva a muchas personas a poner su
vida en verdadero peligro, con resultados tristemente dramáticos en algunos
casos: como el de una joven norteamericana que tuvo un accidente mortal al
hacerse uno mientras conducía y tuiteaba que se sentía feliz; o el de una chica
rusa de 17 años, que perdió la vida al caer de la barandilla del puente a la
que había subido para hacerse una foto. En España un joven de 21 años murió
tras electrocutarse tras subir a la parte superior de un tren para auto
fotografiarse. Más suerte tuvo el mozo que intentó hacerse un selfie entre las astas de un toro de Jandilla en pleno encierro pamplonés.
Pero el colmo es, sin duda, para dos mujeres iranís que, tras estrellar su
coche al intentar grabar un video de ellas cantando y sobrevivir al accidente, se tomaron otro selfie de camino al hospital.
Utilizado el selfie
como herramienta para comunicarnos con los demás, también nos puede remitir al
mito del Narciso que cuando descubrió su reflejo se obsesionó con él hasta el
punto de perder su vida.
Una amiga, a este tipo de tragedias sumadas a las
de las víctimas del balconing, esto
es, saltar a la piscina directamente desde la habitación del hotel, y otras
imprudencias similares, las denomina despiadadamente como Selección Natural de la Especie. Un macabro proyecto sería el
recopilar en una exposición o volumen todas estas últimas fotos de personas que
como Narciso perecieron persiguiendo su imagen.
Narciso: La Selección Natural
se antoja un buen título. Por favor, no participen.
Antonio Jesús García
Publicado La Voz de Almería (29-1-15)
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