MÁS RÁPIDO QUE SU SOMBRA
No son pocos los artistas
que a lo largo de la Historia del Arte han hecho de la sombra un discurso
recurrente dentro de su obra. Presente en la mayoría de las disciplinas
artísticas, dibujo, pintura, etc. podríamos afirmar es en la fotografía donde
mas evidente esta se hace, llegando en muchos casos a incorporar la sombra del
propio autor. Conocidos son ejemplos como el de Vivian Maier, la fotógrafa que
practicaba su afición mientras ejercía de niñera, o del estadounidense Lee
Friedlander cuyo análisis del caos en la vida cotidiana
contó con una beca de la Fundación Guggenheim. Sin
embargo no se aprecia en ellos que este recurso forme parte de una base
argumental o línea de trabajo, como si de meros accidentes o coincidencias se
tratasen.
Ahí radica la trascendencia
del último trabajo, hasta el momento, presentado por Carlos Pérez Siquier:
Mi sombra y yo. Una serie de imágenes cuyo hilo conductor es la
inclusión deliberada de la propia sombra del fotógrafo en la misma.
Si Lucky Luke, ese
simpático pistolero conocido por ser más rápido que su propia sombra,
que detenía forajidos entendiéndose a la perfección con su caballo Jolly Jumper
y que cerraba cada álbum con una viñeta en la que la propia sombra del vaquero
no ha tenido tiempo aún de desenfundar su revolver cuando las balas del mismo
cowboy le han atravesado ya; Carlos Pérez Siquier, a modo de moderno y
conceptual pistolero, detiene su propio registro complementándose de forma
maravillosa con su pequeña cámara, disparando a su propia sombra proyectada
sobre cualquier superficie como si de un incesante duelo se tratase.
Para Wim Wenders sacar
fotos es un acto en dos direcciones: hacia delante y hacia atrás. Una
fotografía es siempre una imagen doble que muestra, en una primera vista, su
tema, y en otra mas o menos oculta pero también presente la actitud del
fotógrafo ante la toma, y por qué no decirlo, ante la vida. Carlos con su
deliberada actitud de valentía intenta lograr, y si no lo consigue al menos se
acerca bastante, la cuadratura del círculo, que ambas tomas, hacia
delante y hacia atrás tengan la misma visibilidad.
Según la psicología
jungiana la sombra es el aspecto inconsciente de la personalidad y el
conocimiento de nuestra propia sombra indispensable para poder unificar nuestra
personalidad. No nos consta que el fotógrafo siga los preceptos del médico
suizo pero muy probablemente tras esta serie se le pueda considerar un
aventajado alumno.
Encomiable resulta la disposición del autor por
reinventarse jovialmente, de asumir y encarar nuevos retos para su mente y
pupila.
Antonio Jesús García
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