CELTIBERIA
SHOW
Antes
de convertirse en un periodista fundamental en el panorama político
de la transición española, Luis Carandell, el escritor que con su
inteligencia y humor hizo atractiva la crónica política, publicó
en 1970 Celtiberia Show:
una recopilación de recortes,
folletos de publicidad y propaganda, anuncios en prensa y un sin fin
de secciones más con las que intentaba resumir, a grosso modo, la
peculiaridad y el carácter de una España involucionada pero, a su
vez, orgullosa de mostrarse tal cual al mundo, sin filtros ni
artificios.
Algunas
de la perlas que podemos encontrar entre sus páginas son: “Asesino
sí, pero no de personas, sólo se dedica a las mujeres”
en el anuncio de una película; “Apolo,
un amigo inseparable”, la
publicidad de un vibrador disfrazado de masajeador “ideal
para combatir arrugas” y otros
usos, “dibujado con una punta
científicamente redondeada”;
la fotografía conmemorativa de la Primera Comunión de unos
escolares publicada en un periódico de Sevilla, donde, entre la
variedad de uniformes que lucen los comulgandos, destaca en primera
fila el de un tierno infante ataviado de pikoleto;
o un pequeño lío con las festividades sacras que lleva a anunciar
en la hoja parroquial La
Circuncisión de Nuestra Señora.
Entre
ellas también se encuentra el ¨Saluda¨ ya impreso que un
catedrático de la Universidad de Madrid, cuyo nombre aparece
convenientemente tachado, que usaba para comunicar a sus amigos “que
su recomendado el alumno don… ha sido aprobado en la asignatura
de…”
El
libro, en teoría, un reflejo y crítica, con sonrisa, a la España
del franquismo y el subdesarrollo evidencia, casi cincuenta años
después, lo poco que hemos cambiado. La actualidad así lo confirma.
Hay
quien afirma que tras el acceso del hijo del obrero a la Universidad,
los ricos inventaron los Máster con el fin de seguir manteniendo las
distancias y, aunque puede que haya algo de esto, que existieran
catedráticos que tuvieran impresos especiales para comunicar el
haber atendido a las recomendaciones en un tiempo en el que no era
rentable imprimir un documento a menos de hacer una tirada mínima
varios cientos de ejemplares, denota que en la Universidad, lo de
atender a recomendaciones y enchufes, es una costumbre arraigada.
Ignoramos
si al igual que la Juan Carlos I, que parece ser afín a un
determinado matiz político, la de Deusto o la de Sevilla, por poner
sólo unos ejemplos, puedan serlo a otras sensibilidades pero, de lo
que no hay duda, y parafraseando a otro salvapatrias que: es
el sistema, amigo.
Antonio
Jesús García.
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