DIVIDE ET IMPERA
Numerosos son los casos, en
marketing, en los que una no adecuada diversificación del producto
ha conducido al más estrepitoso fracaso. El algoritmo divide y vencerás hace
referencia a resolver un problema, dividiéndolo en tantas partes como sea
necesario hasta que su resolución se torne obvia. En política se trata de una
estrategia destinada a obtener el poder dividiendo a tu adversario, impidiendo
que este se una en pos de un objetivo común.
Este año las cenas de
Nochebuena y las comidas de Navidad prometen. Soportar al pesado de tu cuñado y
al impertinente de tu suegro, hartos de Moriles, comentando los resultados de
las Elecciones Generales del 20 de diciembre va a ser para nota. A más de uno
se le van atragantar los polvorones.
Un aspecto que llama la
atención, antes de depositar el voto en las urnas, es asistir, una vez más, a
la incesante fragmentación de la izquierda. Mal endémico arrastrado in illo
tempore. Partiendo inicialmente de una supuesta crítica constructiva que toda escisión
dice defender, los egos e intransigencias terminan por debilitar, en vez de
sumar, a la causa.
En La Cizaña, álbum número 15
de la colección de Astérix el Galo, conscientes de la unidad existente entre
los habitantes de la aldea gala, César propone que alguien siembre cizaña entre
ellos y debilite la unidad que les hace ser fuertes. Poco parece haber sacado
en claro la izquierda española del genial comic creado por Goscinny y Uderzo.
Si parece haberlo hecho el bando contrario, mucho más hegemónico, donde los
leves matices no le distraen de su ideario común, y para cuya labor de zapa
cuenta con medios afines encargados de sembrar la discordia.
PSOE, IU, Podemos, Ahora en común,
etc. Como si de un adelanto de la primavera se tratase, los nombres y partidos
de izquierdas parecen reproducirse por esporas, creando un claro desconcierto
en el posible votante ante la proliferación de nuevas siglas.
Mientras el partido socialista anda a por uvas, Unidad
Popular es el ultimo intento de refundación de la izquierda. Su pretendida
reminiscencia a la coalición Frente Popular del año 36 no deja de evidenciar un
imaginario obsoleto. El nombre con el que Ahora en Común e IU concurren a las
elecciones recuerda un sketch del programa humorístico Vaya Semanita, cuando la
izquierda abertzale se veía obligada a cambiar de nombre con frecuencia. Los
supuestos integrantes de la coalición llegaban a la conclusión, tras numerosas
deliberaciones y barajar diferentes nuevos nombres, que la denominación ideal
para la formación era Partido Popular. Si nos descuidamos…
Antonio Jesús García Publicado
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