PERSONAJES
A DOS CARAS
A
la hora de enfrentarnos o decantar nuestras preferencias por tal o cual actor
de cine, personaje de televisión, o estrellas del rock, lo hacemos desde una
perspectiva poliédrica. Cuanto mayor es el espectro de identidad en el que se
mueve el personaje en cuestión, mayor es su atractivo. Esta es sin duda una de
las claves del género negro. Marlowe es cínico, alcohólico y mujeriego, a la
vez de profundamente idealista, amante de la poesía y del ajedrez.
La
exposición que el ilustrador Matu Santamaría presenta en la Galería Alfareros,
ahonda en la representación de ese trastorno psiquiátrico que hace que una
misma persona tenga dos o más identidades con características opuestas entre
sí, y que tan bien definiera Stevenson en El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde. Ante la
imposibilidad de desligar una personalidad de la otra, por su atractivo a
partes iguales, al espectador le es difícil inclinar sus preferencias hacia uno
u otro lado.
La
peculiaridad del trabajo de Santamaría es intentar mostrarnos esas dos caras a
la vez: en una misma imagen, a Peter Parker y a Spiderman, a Clark Ken y a
Superman , o a Karim Benzema dentro y fuera del terreno de juego.
Game of
Thrones, Birdman, Breaking Bad, Kill Bill o Taxi Driver, son algunos de los
títulos cuyos protagonistas han sido revisados por Matu, donde al margen de
poder disfrutar de la evolución de la bipolaridad del personaje, nos recuerda
que nosotros también somos protagonistas de nuestra propia historia, con
nuestros diferentes extremos de personalidad.
Matu
Santamaría no sólo es un excelente ilustrador y diseñador gráfico sino que sus
trabajos van más allá de lo meramente estético. Habiendo logrado tener un
estilo identificativo en ambos casos, es en sus ilustraciones de retratos de
personajes conocidos donde el artista da el do de pecho. Percibiéndose en ellos
la pose y la actitud, aún con el sonido del bandoneón de fondo y entre efluvios
de mate y tragos de Quilmes, del buen rock sureño, la clase y la elegancia de
Ariel Rot, el canallísmo de Calamaro, y la poética surrealista de Sergio
Makaroff; junto a los gambiteos del Diego y las fintas de su admirado
Lionel.
Evidentemente
Matu Santamaría, un artista actual, no bebe solo de la fuente de sus
compatriotas, sino también de la cultura pop, del intercambio continuo de
información, y de las cada vez mas difusas fronteras entre géneros. Su
predilección y gusto por el argumentario iconográfico universal, ya sea por
estrellas del rock o del celuloide, le emparenta directamente con el albino de
la Factory; aunque, no lo duden, si Warhol hubiera sabido dibujar habría sido
Matu Santamaría.
Antonio
Jesús García
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