PARA
SIEMPRE ES DEMASIADO TIEMPO
Hay que reconocer que, en
nuestra sociedad, de pocas cosas se puede decir que sean para siempre. Por
suerte la sentencia de Marcos, lo que Dios ha unido, ningún hombre lo separe,
es perfectamente soluble, y ni siquiera los matrimonios tienen por qué ser para
toda la vida. Pero si en la actualidad hay algo aparentemente para siempre, son
los tatuajes.
Aunque pueda parecer una
moda de nuevo cuño, lo cierto es que nos encontramos ante un arte milenario y,
quizás, uno de los primeros practicado por el hombre. La
prueba se encontró en 1991 en un glaciar en entre Austria e Italia. Allí
apareció congelado un cazador neolítico, con la espalda y rodillas tatuadas.
En Egipto
eran sobre todo las mujeres quienes se tatuaban. Se le conferían al tatuaje
funciones protectoras y mágicas. Celtas y germánicos usaban los tatuajes con
fines bélicos. Y así numerosas culturas. A partir de la Edad Media el
catolicismo y su férrea mentalidad los prohibió. Siendo
reintroducido en la sociedad occidental por el Capitán Cook y a su vuelta de la Polinesia en 1771.
De una forma
u otra, los tatuajes, ejercen de una suerte de talismán a quien los portan, por
lo general ligados a la rebeldía, a un ser querido o a un acontecimiento
importante.
La paradoja
lleva a que un acontecimiento importante, aparentemente para
siempre, decidas tatuártelo para toda la
vida. Para siempre es demasiado tiempo. Es el caso de la actriz Kaley Cuoco,
que decidió tatuarse la fecha de su boda; poniendo fina su matrimonio año y
medio después; o el de Melanie Griffith y su Antonio en el antebrazo. El método
elegido para su eliminación ha sido bien distinto en cada caso. Cubrirlo con
otro ha sido el camino elegido por la intérprete de The Big Bang Theory; mientras
que la madre de Stella del Carmen ha optado por el laser. Ninguno de los dos
sistemas es realmente eficiente, el primero porque para cubrir un tatuaje con
otro es necesario hacerlo con uno aproximadamente del doble de tamaño que el
primero, y el segundo al margen de necesitar varias sesiones suele ser doloroso
y dejar marcas en la piel.
La mayoría
de los que se arrepienten de un tatuaje habían decidido tintar su piel con un
nombre o con algún símbolo de un romance. Mucho más original sería simplemente
tacharlo con una equis y escribir el siguiente debajo, y así sucesivamente.
En Tauados,
tema del álbum Balmoral y compuesto por Loquillo e Igor Paskual, el del Clot
canta: Es la lucha del amor y de la
gloria, se trata de la misma vieja historia. En una misma ceremonia, se citan
la derrota o la victoria.
Antonio Jesús García
Publicado La Voz de Almería (25-2-16)
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