ALGO SE MUERE EN EL ALMA.
En Almería, por desgracia, en poco más de una semana se
le ha dado la extremaunción a dos de los proyectos más innovadores,
interesantes y vanguardistas vistos en esta ciudad. Alumbrados y capitaneados
ambos por dos emprendedoras mujeres, han anunciando su desaparición el Festival
de Danza y Artes escénicas Costa
Contemporánea y el Festival de Cine y Televisión Cinejoven.
Dos proyectos de
calidad, de referencia en sus sectores y en constante crecimiento, que,
prácticamente desde sus inicios, se han movido a un nivel muy superior al que
las instituciones podían o estaban dispuestas a implicarse.
Costa Contemporánea, era un encuentro multidisciplinar que,
de la mano de los mejores profesionales de la escena actual, combinaba talleres
intensivos de danza y teatro con espectáculos, actuaciones, intervenciones,
intercambios, y música. En pleno Parque natural de Cabo de Gata-Níjar, era un lugar
para la creación, la formación, y el
intercambio de inquietudes abierto a bailarines, actores, profesionales,
artistas e interesados por la cultura en general.
Cinejoven, con la proyección de piezas
nacionales, pretendía fomentar el consumo de cine, cortometrajes y series
españolas, uniendo a sus creadores con el público, a la vez que daba
visibilidad a todos los profesionales del sector audiovisual, desde directores,
guionistas, actores, críticos y técnicos, generando sinergias entre jóvenes y
profesionales.
Si a finales de abril era Nerea Aguilar, al frente de
Costa Contemporánea, quien anunciaba
el cese de la actividad y la suspensión de la séptima edición del Festival,
Loles Peña lo hacía nada más clausurar su séptima edición también a principios
de mayo, comunicando la desaparición de Cinejoven.
Resulta tremendamente doloroso que dos
proyectos así, que son una necesidad y un escaparate, que dinamizan
culturalmente una ciudad, tengan que desaparecer porque las instituciones,
públicas y privadas, no sepan estar a la atura de la iniciativa ni del talento que
la sociedad demanda, al tiempo que, por ejemplo, sí se crea un Escuela Pública
de Golf o se abona el consumo eléctrico de las instalaciones deportivas de una
empresa privada.
Por eso resultan encomiables, pese a
tantas vicisitudes, los cincuenta y cuatro años cumplidos por la Peña El Taranto y la celebración de su 46
Semana Flamenca.
Algo se muere
en el alma cuando un amigo se va,
rezan las insufribles Sevillanas del
Adiós de los no menos insufribles Amigos de Ginés. Algo se muere en el alma
de una ciudad cuando desaparece un proyecto cultural.
Antonio Jesús García
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