PATRIMONIO DE CINE
Entre las actividades
programadas en el Conjunto Monumental de la Alcazaba de Almería con la idea de
atraer al público almeriense, “que es el
que menos asiste”, según su director Arturo Pino, destaca la exposición: La Alcazaba
Patrimonio de Cine. La muestra, coordinada por Loli Pardo, es el resultado de la documentación e
investigación de la asociación Almeríacine, cristalizado en un recorrido por
las 32 producciones rodadas en el monumento a lo largo de los años.
El visitante que acceda a la Torre del Homenaje se encontrará con una
serie de objetos originales, como un escudo y 2 espadas de Conan, el Bárbaro (John Milius, 1982), el casco y fusta del general
Patton (Franklin J. Schaffner, 1970),
un florete de Los Cuatro Mosqueteros (La
Venganza de Milady de Richard Lester, 1974), una espada de El Viento y el León (John MIlius, 1975),
y un sarcófago dorado de Marchar o Morir
(Dick Richards, 1977), cedidos todos por el atrezzista Julián Mateos, de
Madrid, y cuatro columnas, cuatro águilas
imperiales y dos llamadores con forma de cabeza de león de Resucitado (Risen de Kevin
Reynolds, 2016), cedidas por Contreras Construcciones Cinematográficas de
Tabernas (Almería). Un banco original utilizado en Juego de Tronos, en las escenas que transcurren en los Jardines del
Agua, en Dorne, durante la 6ª temporada, expuesto en otra parte del monumento,
y algunas fotos y planos originales de otras producciones completan la muestra.
El interés de todo este material original de atrezzo, historia del cine
rodado en la ciudad, contrasta con el escaso interés que despierta la Casa del
Cine; fallido museo en el que nada de lo que allí se exhibe, ninguna pieza, es
original. Triste es que en Almería, única provincia española que puede presumir
de haber sido el escenario de más de quinientas películas, la apuesta
institucional se reduzca a la restauración del edificio y poco más.
No vamos a descubrir aquí las bondades del turismo cultural, pero sí
reseñar que, si bien suele venir acompañado de un mayor nivel adquisitivo que
el convencional, también es mucho más exigente.
Aunque, si lo pensamos bien, puede que no hayamos entendido el concepto,
si habitualmente se suele decir que en el cine nada es real, que todo es
mentira, la Casa del Cine, en un intento de rizar el rizo, parece haber
apostado por esta máxima y, por ello, nada de lo que entre sus paredes se
muestra es real, todo es falso, quizás han inventado el atrezzo del atrezzo, o
sea, reproducciones de las reproducciones realizadas para los rodajes.
Antonio Jesús García
Publicado La Voz de Almería (5-10-17)
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