jueves, 28 de junio de 2018

La Hoguera de las Vanidades



LA HOGUERA DE LAS VANIDADES



Tom Wolfe, conocido como uno de los padres del nuevo periodismo,  alumbraba en 1987 La Hoguera de las vanidades, una sátira sobre la alta sociedad neoyorquina de los años 80. Fallecido hace apenas un mes, el escritor estadounidense no ha podido disfrutar de un espectáculo cuyos adinerados y caprichosos intérpretes encontrarían fácil parangón con los ejecutivos protagonistas de su novela: la Copa Mundial de Fútbol.


Esta competición que cuenta con unos índices de audiencia escalofriantes, se antoja el escaparate ideal para esos jugadores que parecen estar más pendientes del  peluquero que del preparador  físico.


La vanidad se define como la creencia excesiva en las habilidades propias o en la atracción causada en los demás. Aunque múltiples podrían ser los ejemplos que se ajusten a esta definición, nos centraremos en unos especialmente ilustrativos.


Tras alcanzar su club la estratosférica cifra de 13 Copas de Europa, Cristiano Ronaldo, incapaz de digerir no haber sido el protagonista absoluto de la final de Kiev, con sus declaraciones al término del encuentro, hizo pasar a la expedición blanca del momento más feliz de la temporada a la desazón. 


Otro ejemplo lo tendríamos en Florentino Pérez, dirigente madridista, que a escasos días del comienzo del mundial no duda en dinamitar los cimientos de la selección española, con la seguridad de quien está convencido de poder hacer lo que quiera y cuando quiera.


O José María Aznar, asiduo al palco del Bernabéu, que vuelve de la tumba con su talante mesiánico, ofreciéndose para la reconstrucción del centro derecha, en plan primo de Zumosol, convencido de ser la única persona que defiende determinados valores y principios. 


El exfutbolista Jorge Valdano, hace algún tiempo, para explicar las veleidades de Maradona dijo que mientras los emperadores romanos llevaban tras de sí a un esclavo recordándole que no era Dios,  a Maradona le acompañaba un séquito recordándole constantemente que él era Dios. En la actualidad parece ser que cada una de estas personas le dice al resto del mundo: recordad que Dios soy yo.


Wolfe, para titular su novela se inspiró en Falò delle vanità, hecho ocurrido en Florencia, en 1497, y promovido por el monje Girolamo Savonarola, en el que se quemaron en público miles de objetos. Curiosamente algunos años después el cuerpo del religioso fue pasto de las llamas en la Piazza della Signoria al ser acusado de hereje. El tiempo dictaminará si estos modernos personajes sufren, metafóricamente, igual suerte que el dominico.





Antonio Jesús García


Publicado La Voz de Almería (28-6-18)

jueves, 21 de junio de 2018

Estratificación de la Picaresca




ESTRATIFICACIÓN DE LA PICARESCA



En El Lazarillo de Tormes se cuenta cómo, para poder subsistir un niño, debe aprender a engañar a los demás.  A menudo se usa este clásico de la literatura como ejemplo de la idiosincrasia que, al parecer, caracteriza a los españoles: la envidia y la picaresca como un carácter forzado a lo largo de la historia. Siendo quizás la escena que mejor  defina esta situación la del lazarillo y el viejo ciego compartiendo un racimo de uvas. —¿Sabes en qué veo que las comiste de tres a tres?. —En que comía yo dos a dos y callabas.


Este peculiar comportamiento podría tener un origen religioso que nos diferenciaría del resto de Europa, nuestra cultura católica frente a los calvinistas o protestantes. Para nosotros mentir es de listos. Haces algo, mientes, te arrepientes y Dios te perdona. En el resto de países los ciudadanos son  más responsables de unos actos por los que tienen que responder ante la sociedad


Mientras que el timo de la estampita, el tocomocho, etc. constituían una estampa habitual del imaginario colectivo de hace unas décadas, hoy en día prácticamente han desaparecido de las calles. Actualmente la picaresca callejera es más simple, uno puede estar tomando un café en una terraza e, inevitablemente, se le acercará primero el de acordeón, después, la chica con dos niños llenos de mocos y, después, el del carrito, todos por un turno claramente establecido. Al igual que sectores como la construcción, la agricultura intensiva y las tareas domésticas o servicios se nutren casi exclusivamente de mano de obra inmigrante, ante el rechazo de esos trabajos por parte de los españoles, la picaresca callejera ha pasado a estar también en mano de clanes o mafias extrajeras. 


Habiendo subido de nivel, los españoles ya no vemos suficiente rentabilidad en esos menesteres. Si a los pobres mendigos de etnia gitana explotados por las mafias del este no les es necesario acreditar ningún tipo de cualificación, ni siquiera demostrar que saben tocar el acordeón para aporrear uno, a los nuevos pícaros nacionales se les exige buena presencia y haber cursado estudios superiores, aunque sea en la Juan Carlos I. Gürtel, Lezo o Eres o Nóos son sólo algunos ejemplos que ilustran esta estratificación de la picaresca.


Nos encontramos ante un problema de difícil solución, si las instituciones son fruto de los ciudadanos que conforman esa sociedad, cabe preguntarse: ¿funcionarían aquí los admirados modelos de otros países, como Finlandia, al no ser iguales nosotros que los finlandeses? 





Antonio Jesús García


Publicado La Voz de Almería (21-6-18)







jueves, 14 de junio de 2018

Del Deporte También Se Sale



DEL DEPORTE TAMBIEN SE SALE


Si un nombramiento del nuevo ejecutivo  había dado que hablar había sido el de Màxim Huerta al frente de la cartera de Cultura y Deporte. Entre sorprendido y esperanzado  se encontraba el mundo cultural español tras la designación. Divididos entre los que criticaban su nula experiencia como gestor en el sector, y los que veían su faceta como escritor un acicate para luchar contra la piratería y revindicar los derechos de autor.


Por mi parte he de reconocer mi total y absoluto desconocimiento, pues hasta la fecha, ignoraba su existencia. Es más, si al ver su foto alguien me hubiera dicho que Pedro Sánchez había nombrado ministro a Daniel Radcliffe, el actor de Harry Potter, me lo habría creído sin dudar. Pero es que soy muy despistado.


A los pocos minutos de conocerse su nombramiento afloraron algunos antiguos tuits del señor Huerta no muy correctos políticamente. ¿Quién no ha metido la pata alguna vez en Twitter? Son las ventajas o inconvenientes de los tiempos actuales. Una frase más o menos ingeniosa que ha llegado con rapidez a miles de personas, se vuelve en nuestra contra con el paso del tiempo. ¿Habría juzgado igual la Historia a Napoleón o a Alejandro de haber existido en su época la red social del pajarito?


Mensajes en los que el ministro de Deporte manifestaba su desprecio por esta práctica. Contrastaba esta sinceridad con la de sus antecesores, entusiastas declarados del deporte, aunque su relación con el mismo se limitase a poco más que leer el Marca y apoyar a la selección con un gin tonic premium entre las manos desde el bar del Congreso.


Estábamos habituados a asistir a nombramientos de concejales, diputados y delegados de Cultura, a los que, por lo general, no se les conoce relación alguna con la misma, y que tras su destitución o abandono del cargo no se les vuelve a ver por ningún acto cultural. Por ello, en definitiva, era de celebrar tener a un Ministro de Cultura y Deporte que odiase el deporte y amase la cultura. ¡Ya era hora de que fuera así y no al revés! 


Mientras sus antecesores por lo general habían mostrado reiteradamente su desprecio por el mundo de la creación, castigándolo con un I.V.A. abusivo al tiempo que se desvivían por hacerse fotos con Rafael Nadal o Fernando Alonso; el señor Huerta podría haber hecho suyo el lema popularizado por Muchachito, Albert Pla, Lichis, Tomasito y El Canijo con la Pandilla Voladora: se sale, del deporte también se sale. Aunque esto no ha podido ser, el nombramiento de José Guirao como sustituto invita al optimismo.






Antonio Jesús García


Publicado La Voz de Almería (14-6-18)



jueves, 7 de junio de 2018

El Periplo del Héroe








EL PERIPLO DEL HÉROE 


Difícil en estos días el substraerse a los convulsos e imprevistos cambios gubernativos producidos en el panorama nacional. Solo el tiempo dictará sentencia de lo oportuno o no de los mismos. Al margen del ilusionante optimismo que se le supone siempre a un cambio de este calado, y dado que el fin de esta columna no es, ni pretende serlo, el análisis político, intentaremos verlo desde otra óptica. 


Lo más impresionante, sin duda, es el recorrido efectuado por Pedro Sánchez, de ser un cadáver político a nuevo inquilino de la Moncloa. Tras ser expulsado de Ferraz, cambio de cerradura incluido, como Isaac fue ofrecido a los dioses sin carnero redentor de por medio. Una vez certificada su acta de defunción, montado en su propio coche decide emprender una suerte de road movie particular en un gesto más inherente a la sin razón que a la cordura, como un enajenado pastor recorriendo los nueve círculos del infierno descritos por Dante Alighieri. 


El periplo del político socialista suena conocido, lo hemos visto miles de veces en películas y libros. El viaje del héroe hecho a si mismo, como ese chaval timorato y pusilánime de la pandilla del instituto que regresa siendo el más alto, guapo y fuerte de todos. El guion no se detiene ahí, podríamos encontrar otros paralelismos: desde la quijotesca lucha contra los fantasmales molinos/gigantes, el expirar pecados tras un errante peregrinar por el desierto, el regreso a Ítaca tras su peculiar Odisea, hasta los 12 trabajos de Hércules (dejamos al lector y su imaginación la asignación de papeles al despellejado León de Nemea, la Hidra de Lerna, el Jabalí del Emirato o la limpieza de los Establos de Augías); incluso nos podríamos retrotraer al apuñalamiento de César por Brutus. 


Es tan débil la frontera que separa esa fe inquebrantable en uno mismo de la iluminación mesiánica que, una vez concluida con éxito la misión de salvar a la Humanidad del villano de turno, lo que ahora se antojan loas, en el caso contrario habrían sido burlas y carcajadas. 


Aunque en breve las librerías se poblaran de volúmenes intentando explicar este hecho, junto a su quehacer como gobernante, el señor Pedro Sánchez bien podría escribir un libro de autoayuda en el que cuente que lleva a una persona en ese momento de aparente no retorno, en el que todo parece haber acabado y carecer de sentido, a seguir hacia adelante, y aunque ni tus propios correligionarios te crean, decir que serás próximo presidente de gobierno. Tiembla Paulo Coelho.




Antonio Jesús García


Publicado La Voz de Almería (7-6-18)







Pueblos del Mundo: ¡Extinguíos!

PUEBLOS DEL MUNDO: ¡EXTINGUÍOS! La creatividad es la capacidad de generar nuevas ideas o conceptos a base de asociar entre s...