EUROPA
HA MUERTO
La
verdad es que lo de Europa siempre se ha prestado a confusión,
recuerden la famosísima espantada de Felipe González con su OTAN
de entrada no, de salida tampoco,
que tan bien supo exponer en Las
Murgas de Emilio el Moro el
cantautor Carlos Cano: A ver
quién me aclara a mi este rebujar. Que si dentro, que si dentro, que
si fuera, que tu dirás.
Tan
sólo unos cuantos años antes, corrían los primeros ochenta
claramente marcados por la crisis y el paro, ¿les suena esto de
algo?, cuando Jorge María Martínez, líder, compositor y
guitarrista del grupo de rock Ilegales, editaba el tema Europa
ha Muerto. En un tiempo en
que las esperanzas estaban puestas en una Unión Europea, el
visionario de Jorge vaticinaba un nada halagüeño futuro bajo la
bandera común del cielo estrellado.
Si
veinte años no son nada,
como recitaba Gardel en Volver,
tema maravillosamente revisado posteriormente por Andrés Calamaro,
treinta años se nos pueden antojar una eternidad donde las
esperanzas e ilusiones depositadas se han diluído como un azucarillo
en el océano. En especial si observamos el comportamiento y gestión
de la crisis realizados por el máximo organismo europeo y su más
que bochornosa pleitesía con el gobierno conservador alemán, donde
los más fuertes han impuesto su criterio sobre los más débiles sin
el mas mínimo atisbo de resistencia gubernamental y dedicados, como
también diría el cantante granadino:.. y
a ver los barcos venir y a ver los barcos pasar.
Las
consecuencias no se han hecho esperar: de una Europa sin fronteras,
como imaginaría John Lennon, se ha pasado una Europa donde el
principio de solidaridad brilla por su ausencia y donde la ultra
derecha cada vez es más visible, los partidos extremistas y
anti-europeístas se multiplican como las esporas y no necesitan
esconder o disimular sus propuestas racistas y xenófobas. Mientras,
los supuestos países civilizados como Suiza, deciden por referéndum
limitar la entrada de ciudadanos europeos a su mercado laboral.
Con
el título de Himno de la
Alegría publicó en 1969
Miguel Ríos una adaptación del cuarto movimiento de de la IX
Sinfonía de Beethoven,
donde promulgaba el canto
alegre del que espera un nuevo día… en el que los hombres volverán
a ser hermanos… Canto
este que, aparte de vender siete millones de copias en todo el mundo,
alumbraba un futuro de unión esperanzador e ilusionante. La
realidad, cuarenta y cinco años más tarde, no puede ser más
desoladora, no habiendo lugar para ese optimismo hippie, el lema con
el que el movimiento Punk se enfrentaba a la
rigidez de los convencionalismos que ocultaban formas de opresión
social y cultura,
ahora está
más en boga que nunca: No
Future.
Antonio
Jesús García
Publicado
La Voz de Almería (29-5-14)
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