DUELO DE DAMAS
Cualquier cumbre política
que se precie cuenta con un programa y agenda paralela de actividades para las consortes
de los altos cargos, dedicando la prensa una especial atención a los modelos y
complementos usados por éstas. De Duelo de damas se calificó el encuentro
entre la Princesa de Asturias, Letizia Ortiz, y la Primera Dama francesa, Carla
Bruni, durante la primera visita de Estado del presidente, Nicolás Sarkozy en
2009.
Zapatos, sombreros,
vestidos o cualquier tipo de atuendo es examinado con lupa, suponiendo ésta una
presión añadida para ellas, mientras que sus partenaires no tienen que
preocuparse lo más mínimo del suyo. Michelle Obama se quejaba de lo injusto de
la situación revelando un curioso detalle: mientras ella sufría el estrés de la
asistencia a estos eventos, su marido, el todo poderoso Barack Obama usó el
mismo esmoquin durante ocho años en todas las cenas de estado a las que asistió
sin que nadie reparase en este detalle.
Tras la elección de algún nuevo líder se impone el indagar sobre su
pareja. Especialmente singular resulta el caso de Melania Trump, pues su figura
ha originado una campaña en internet, medio en broma, medio en serio, de
liberar a Melania (Free Melania);
dando por sentado que, como mujer, la ex modelo eslovaca no es dueña de su
destino y ocupa contra su voluntad su puesto como consorte en la Casa Blanca. Todos
sabemos que la esposa de Emmanuel Macron es una profesora de francés, veinte años
mayor que él y que tenía una vida anterior, con marido e hijos incluidos, hasta
que lo conoció. Sin embargo, poco, o más bien nada, sabemos
de la pareja de la canciller alemana Ángela Merkel.
Esta caduca y machista actitud no es sólo achacable al mundo de la
política, sino que es extrapolable a cualquier evento público en general. En el
mundo del espectáculo, en cada ceremonia o estreno, en cada alfombra roja, el
interés se centra en los modelitos que lucen ellas y, si enseñan cacho mucho
mejor, mientras que ellos, al igual que
Obama, con un traje de chaqueta tienen la papeleta solucionada.
La última
reunión de la OTAN en Bélgica pasará a la historia por la foto de familia de
los consortes. La estrella no fue Melania Trump, ni Brigitte Macron, ni ninguna
otra esposa de los líderes allí reunidos, sino Gauthier Destenay, marido de
Xavier Bettel, el primer ministro de Luxemburgo. Todo un hito que un jefe de
gobierno hable abiertamente de su homosexualidad, y comparta con su pareja las grandes citas mundiales. Pero seguro que
nadie comentó su atuendo.
Antonio Jesús García
Publicado La Voz de Almería (29-6-17)
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