jueves, 23 de octubre de 2014

AL-MUTAMID, TRÁETE UNA GUITARRA




AL-MUTAMID, TRÁETE UNA GUITARRA


Curiosas las presentaciones del Centro Andaluz de las Letras, un desangelado salón de actos cercano al Club de las Letras Muertas,  donde el austericidio reinante propicia la carencia de micrófono inalámbrico para el debate, sin tener siquiera la posibilidad de adquirir un libro; algo que los músicos si han aprendido bien y te venden el CD en cualquier sitio.


Se presenta “Los Reyes Poetas” de Catherine François, obra que a través de las personalidades de los reyes Al-Mutasim y Al-Mutamid, reconstruye fielmente la vida de de las cortes literarias del siglo XI en los reinos de  Almería y Sevilla. Conocedora de nuestra ciudad, Catherine explica que su atracción por Almería fue primero por el paisaje. “Después de una visita a la Alcazaba y Sierra Alhamilla quedé fascinada, porque me gustan las tierras desérticas.” Reconoce haber visitado La Alcazaba en numerosas ocasiones, destacando el atractivo de Al-Mutasim especialmente por su trayectoria psicológica, ya que era muy pacífico y provenía de una familia muy humana y humilde.


Acompaña a la autora y oficia de maestro de ceremonias Santiago Auserón, quien, en formato de entrevista, la interpela sobre diferentes cuestiones y anécdotas. Pero, oculto en la maleza, como un africano por la Gran Vía, acecha un tercer invitado que poco a poco va haciendo su aparición. Un ser que, como los simbiontes, esa raza parasitaria del universo Marvel que envuelven a sus huéspedes, es capaz de influir en su mente. Una suerte de Dr. Jekyll and Mr. Hyde,  que transforma a Santigo Auserón, presentador y filósofo, en Juan Perro, estrella del rock. Poco a poco, sutilmente, la transformación se consuma, el músico, comedido, aparentemente tímido en un principio, se empieza a sentir a gusto, el serio semblante muta en sonrisa, la rigidez en relajación y la timidez en descaro, al tiempo que disfrutamos de su gran erudición.


Como si de una teatralización pactada se tratase, ahí se encuentran representadas a la perfección las dos personalidaes de los reyes sobre los que versa la velada: la del pacífico y hedonista Al-Mutasim de Almería y la del conquistador y beligerante Al-Mutamid de Sevilla, encarnadas respectivamente en la escritora y en el músico zaragozano, que, una vez dueño de la situación, no dudó en ponerse sus Ray-Ban negras y hasta palmear algún ritmo.


El episodio hace recordar a Cush, un peronaje de Hugo Pratt, camellero etíope, nómada, guerrero dankali de la tribu de los Beni-Amer, asesino y a la vez estudioso de la poesía andalusí y de los místicos sufíes. Sujeto, que al igual que Auserón, cae bien al personal; pero a la próxima, Al-Mutamid, tráete una guitarra.

Antonio Jesús García
Publicado en La Voz de Almería (23-10-14)
(Foto Rafa GP)



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