AL-MUTAMID,
TRÁETE UNA GUITARRA
Curiosas las
presentaciones del Centro Andaluz de las Letras, un desangelado salón de actos
cercano al Club de las Letras Muertas,
donde el austericidio reinante propicia la carencia de micrófono
inalámbrico para el debate, sin tener siquiera la posibilidad de adquirir un
libro; algo que los músicos si han aprendido bien y te venden el CD en
cualquier sitio.
Se presenta
“Los Reyes Poetas” de Catherine François, obra que a través de las
personalidades de los reyes Al-Mutasim y Al-Mutamid, reconstruye fielmente la
vida de de las cortes literarias del siglo XI en los reinos de Almería y Sevilla. Conocedora de nuestra
ciudad, Catherine explica que su atracción por Almería fue primero por el paisaje. “Después de
una visita a la Alcazaba y Sierra Alhamilla quedé fascinada, porque me gustan
las tierras desérticas.” Reconoce
haber visitado La Alcazaba en numerosas ocasiones, destacando el atractivo de
Al-Mutasim especialmente por su
trayectoria psicológica, ya que era muy pacífico y provenía de una familia muy
humana y humilde.
Acompaña a la autora y oficia de maestro de
ceremonias Santiago Auserón, quien, en formato de entrevista, la interpela
sobre diferentes cuestiones y anécdotas. Pero, oculto en la maleza, como
un africano por la Gran Vía, acecha un tercer invitado que poco a poco
va haciendo su aparición. Un ser que, como los simbiontes, esa raza parasitaria del universo Marvel que
envuelven a sus huéspedes, es capaz de influir en su mente. Una suerte de Dr.
Jekyll and Mr. Hyde, que transforma
a Santigo Auserón, presentador y filósofo, en Juan Perro, estrella del rock.
Poco a poco, sutilmente, la transformación se consuma, el músico, comedido, aparentemente tímido en un
principio, se empieza a sentir a gusto, el serio semblante muta en sonrisa, la
rigidez en relajación y la timidez en descaro, al tiempo que disfrutamos de su
gran erudición.
Como si de una teatralización pactada se
tratase, ahí se encuentran representadas a la perfección las dos personalidaes
de los reyes sobre los que versa la velada: la del pacífico y hedonista
Al-Mutasim de Almería y la del conquistador y beligerante Al-Mutamid de
Sevilla, encarnadas respectivamente en la escritora y en el músico zaragozano,
que, una vez dueño de la situación, no dudó en ponerse sus Ray-Ban
negras y hasta palmear algún ritmo.
El episodio hace recordar a Cush, un peronaje de Hugo Pratt, camellero etíope, nómada, guerrero dankali de la
tribu de los Beni-Amer, asesino
y a la vez estudioso de la poesía andalusí y de los místicos sufíes. Sujeto,
que al igual que Auserón, cae bien al personal; pero a la próxima, Al-Mutamid,
tráete una guitarra.
Antonio Jesús García
Publicado en La Voz de Almería (23-10-14)
(Foto Rafa GP)
(Foto Rafa GP)
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