POSTUREO POLÍTICO
Si ya de por si resulta desconcertante el nivel de postureo de nuestros políticos, lo es
más aún el constatar, pese a sus abultados currículos repletos de másters internacionales, becas, medallas y cruces
meritorias varias, su poco o nulo conocimiento del entramado cultural de la
sociedad en la que viven.
En una de sus primeras comparecencias en su recién
estrenado cargo, Íñigo Méndez de Vigo, Ministro de Educación, Cultura y
Deporte, lamentó la muerte del cantautor Leonard Cohen de una forma un tanto
particular, afirmando que se trataba de un artista cuyas canciones “han bailado muchas generaciones de españoles”. Si algo no son los temas del desaparecido
bardo canadiense de grave y desgarradora voz, son bailables.
Esperanza Aguirre, a la sazón también Ministra de
Educación y Cultura en ese momento, en una entrevista radiofónica en la COPE
manifestó desconocer quién era Santiago Segura, popular en ese momento por su
papel en El día de la Bestia. A pesar de no existir aún las redes sociales el
pollo mediático montado fue de cuidado. “Fue
como si hubiera dicho que no sabía quién era Cervantes”, recordaba la
política en su autobiografía autorizada. La mala fama cultural de Aguirre
propició el caldo de cultivo adecuado para el apócrifo episodio en el que
supuestamente, al ser interpelada sobre su opinión de Saramago, contestó: “No conozco a Sara Mago”.
Tras recomendar la lectura
del filósofo alemán Immanuel Kant, y ser
conminado a decir un título, Albert Rivera, el líder de Ciudadanos, respondió:
“Yo, la
verdad, es que no he leído a Kant”.
Pero esta ignorancia
supina no es patrimonio exclusivo de la derecha, el presidente socialista José
Luis Rodríguez Zapatero, no solo perdió un televisado debate electoral por
desconocer cuál era el precio de un café en la calle, sino que, durante el
transcurso de una entrevista personal con el cantante Loquillo, confesó al
rockero su desconocimiento absoluto del que probablemente haya sido el
movimiento social, musical y juvenil más importante de la historia del siglo XX,
el rock and roll. Curiosamente músico y político comparten año de nacimiento.
Desolador resulta el
desprecio que la élite política siente por la cultura,un sector que representa
aproximadamente un 4% del Producto Interior Bruto y cuyas políticas culturales
nunca han estado a la altura de sus creadores, ya que sólo parecen interesarles
para el momento de hacerse la foto.
Está claro que a unos los
sacas de Bertín Osborne, Norma Duval y del brazo incorrupto de Santa Teresa y a
otros de Joan Manuel Serrat, Paco Ibáñez y La Internacional, y se pierden.
Antonio Jesús García
Publicado La Voz de Almería
(23-11-16)
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