¡TOMA GASOLINA!
Seamos claros desde el
principio, si Jimmy Hendrix hubiera sacado al mercado en la actualidad Hey Joe habría sido lapidado
públicamente por infinidad de colectivos feministas. El tema narra la historia de un hombre que, tras haber asesinado a su
mujer, planea su huida hacia México y cuya letra traducida,
aproximadamente, dice: Voy a dispararle a mi mujer. Tú sabes que la descubrí
saliendo con otro hombre.
Reconozcámoslo, se vivía
en una sociedad bastante machista en la que no sólo prevalecía el concepto de
propiedad sobre la pareja, sino que el crimen pasional contaba con una sobrada
indulgencia.
Más cercano en el tiempo,
en nuestro país, en Tango, de
Gabinete Caligari, un individuo pide clemencia tras asesinar a su mujer con un
amante: Se lo juro Sr. Juez, que al
verlos tan juntos se me fue el alma a los pies, sentíme difunto, me la cobré de
un revés y puse fin al asunto. Problemas le acarreó también a Loquillo La Mataré. Aunque es cierto que ese
sentimiento trágico de la vida y de las relaciones amorosas es una constante en
otros géneros como la copla, el tango y la rumba.
Evidentemente eran otros
tiempos, la corrección política aún no había hecho su presencia y nuestro pop
rock de los 80 se encuentra trufado de auténticas gamberradas, cuya palma se
llevaría sin duda Siniestro Total. ¿Qué
tal, homosexual?, Matar hippies en
las Cíes, Me pica un huevo, o Ayatollah, no me toques la pirola, son
tan sólo algunos de los irreverentes títulos con los que nos ha obsequiado el
genial grupo vigués.
Suele ser habitual que se
escuchen, y hasta se canten, canciones sin ser conscientes de lo que dicen y sólo serlo tras un análisis
de sus letras y de los valores que transmiten. Si hay un género que hace gala
de rebasar ampliamente las fronteras de lo correcto es el reggaetón.
Está medio gordita pero chupa chévere. Si sigues con esa actitud voy a
violarte. Ella le gusta el sushi pero de carne caliente. No quiero ni imaginar la
que se armaría si a algún rockero se le ocurriera cantar alguna de estas
lindezas.
La denigración de la
figura femenina es un estereotipo presente en la sociedad desde hace siglos,
que este género propaga con letras de contenido violento y abiertamente sexual,
sin que a nadie le preocupe ni parezca importarle realmente ni estar
denunciadas por asociaciones de mujeres u otros colectivos.
Cabe preguntarse por el
impacto que estas letras, diametralmente opuestas a cualquier tipo de ideal
romántico, causan en las jóvenes que las escuchan y si las asumen como patrón
de comportamiento en su vida.
Antonio Jesús García
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