jueves, 9 de julio de 2015

La Pandemia del Milenio


LA PANDEMIA DEL MILENIO

Suele ser habitual, cada cierto tiempo, el recibir de la OMS advertencias sobre la propagación de tal o cual posible pandemia como la gripe aviar, o la gripe A. Sin embargo nadie ha alertado de la pandemia que ha afectado a un mayor número de personas y que más rápidamente se ha extendido entre la población: la de los fotógrafos.

La accesibilidad de la tecnología ha propiciado que prácticamente cualquier persona del mundo tenga una cámara fotográfica o como mínimo un móvil con cámara. Los automatismos de disparo y los programas de edición posibilitan la obtención de imágenes fotográficas a cualquier ser del planeta.

Igual que para el público no especializado le es mas fácil asumir una propuesta pictórica de carácter figurativo, por muy dudosa que esta sea, que una de arte contemporáneo de primer nombre; el gran grado de iconicidad de la fotografía como medio permite una fácil identificación del espectador con la misma.

La banalización del acto fotográfico permite que cualquiera pueda hacer una foto, pero muy pocos cuentan una historia con ella. No hay que olvidar que la fotografía es un medio de comunicación, habrá que saber qué se quiere decir y técnicamente cómo se puede decir para poder hacerlo.

Inútil se antoja explicar que las fotos las hace el fotógrafo, no la cámara y sin embargo es habitual escuchar la expresión: tengo un cámara que me hace unas fotos magnificas. ¡Diantres! Ya es tener suerte, a lo largo de mi vida he tenido varias decenas de cámaras y siempre las fotos he tenido que hacerlas yo.

El estereotipo de que hacer fotos es fácil y no cuesta trabajo ha estado siempre ahí, latente en el imaginario colectivo. Ya sea en películas, anuncios o series de televisión el papel de fotógrafo siempre está asignado al hijo díscolo que quiere dejar los estudios pero que en el fondo es buena persona, o a la señora que soluciona su crisis familiar y existencial  yéndose a la Toscana a hacer fotos. De ahí que no sea extraño que al conocer a un fotógrafo alguien diga: eres fotógrafo,  siempre he querido hacer fotos. Nadie imagina la escena con un cirujano: ¡Oh! siempre he querido operar. No es lo mismo, esgrimirán algunos, yo puedo coger una cámara y hacer fotos cuando quiera. Y yo puedo coger un bisturí y operar de apéndice a mi vecino del quinto. Otra cosa es que se me muera en el intento, que las consecuencias sean distintas, que me metan en la cárcel o que su hijo me pegue un tiro en el portal, pero el resultado no deja de dictar mucho del fotográfico.


De la misma manera que escribir la lista de la compra, aunque lo hagas bien, con buena letra y sin faltas de ortografía no te convierte en Cortázar, hacer fotos enfocadas y nítidas  no te convierte Cartier Bresson.

Antonio Jesús García

Publicado L aVoz de Almería (9-7-15)



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