jueves, 25 de junio de 2015

(In)Culto al Cuerpo



(IN)CULTO AL CUERPO

Acostumbrados como estamos a deidizar cualquier moda, un nuevo Dios pagano al que se rinde pleitesía se está imponiendo de un tiempo a esta parte, el culto al cuerpo. Que además es promocionado y comercializado por gimnasios, pasarelas, revistas, dietas, etc. dando lugar a una sociedad en la que se valora más la estética que la ética.

No solo vivir para el propio cuerpo deteriora las relaciones humanas, sino que las personas que pasan muchas horas de gimnasio suelen desarrollar, no todos, evidentemente, un perfil agresivo inducido por la necesidad de demostrar su fuerza física.

Dejando a un lado patologías como la vigorexia, y lo extraño que puede resultar que una persona se desplace en coche al gimnasio para hacer unos cuantos de kilómetros de bicicleta estática, realmente molestos e insoportables se antojan los conversos, aquellos que tras cambiar la terraza del chiringuito por la sauna de gimnasio y la jarra de cerveza por un puñado de anabolizantes, como si de una cruzada se tratase,  dedican su tiempo y energía a propagar la buena nueva e intentar convencer a los infieles. No digamos ya si quien ha visto la luz es un personaje de cierta relevancia pública; uno de los mayores novelistas de la actualidad Haruki Murakami, el autor de Tokio Blues y otras esplendidas obras de ficción, nos martiriza en De qué hablo cuando hablo de correr con su obsesión por las maratones y el triatlón. El dos estrellas Michelin Paco Roncero nos cuenta como a base de maratones perdió treinta kilos en Correr, cocinar y ser feliz. Algo similar le ocurre a Sir James Paul McCartney y su gusto por las hamburguesas de soja., o a esos ex fumadores mutados en talibanes anti humos.

Vive rápido, muere joven y deja un bonito cadáver, frase erróneamente atribuida a James Dean y que he ejemplificado el devenir de innumerables estrellas del rock, da lugar a legar un, si no bonito, al menos sano cadáver tras una larga y cuidada vida. Años de sacrificios y privaciones para lograr vivir más años de sacrificios y privaciones. Conducta similar a los de los esos ávaros que por tacañería viven casi en la indigencia mientras les rebosa el calcetín.
Alguna teoría, oriental como toda teoría sobre el cuerpo que se precie, asegura que el secreto de la longevidad está en comer lo mínimo y necesario y en la práctica ausencia de sexo. Si esto es así más de uno va morir muy joven, creo yo.

Todo el mundo me dice que tengo que hacer ejercicio. Que es bueno para mi salud. Pero nunca he escuchado a nadie que le diga a un deportista; tienes que leer, dijo el dramaturgo y poeta portugués José Saramago. Y si es posible con una cerveza fresca en la mano.


Antonio Jesús García


Publicado La Voz de Almería (25-6-15)


jueves, 18 de junio de 2015

Rock and Roll Actitud


ROCK AND ROLL ACTITUD

Hubo un momento, sobre los años cincuenta del siglo anterior, en que el sistema, no es que estuviera a punto de cambiar, pero sí que se tambaleó lo suficiente, y lo hizo de la mano de un género musical cuya cabeza más visible era un casi analfabeto joven blanco llamado Elvis que cantaba y vestía como los negros.

El hecho de que la juventud, tras la crisis de valores acontecida en Occidente tras la II Guerra Mundial,  se convirtiera en una clase con poder de decisión propició que encontrase su vía de expresión en el Rock and Roll. El nuevo género musical se transformó, casi sin pretenderlo, en el terreno de juego donde se dirimían los limites de las libertades. Se incitaba al frenesí y al sexo, se cuestionaba el poder establecido.

La música rock vinculada al activismo político, a cambios en actitudes sociales como la liberación sexual o el uso de drogas, surgió como una expresión de la rebelión juvenil contra el conformismo, derivó y sirvió de aglutinante de las revuetas sociales sucedidas en los años sesenta, siendo quizás su momento más álgido cuando el tema Give peace a chance de John Lennon se convirtió en himno de las protestas pacifistas de los años sesenta contra la Guerra de Vietnam.

Pocas cosas han hecho más a favor de la integración racial de negros y blancos en los EE-UU, y en el resto del mundo, que el Rock and roll.

El nuevo estatus juvenil no sólo implicaba compromiso social, sino que iba acompañado de un poder adquisitivo del que nunca había gozado hasta el momento y aunque, lamentablemente, esta música fue rápidamente fagocitada y convertida en un producto de masas, ninguna otra ni ningún movimiento juvenil ha logrado desafiar el sistema ni expresar los anhelos de libertad como el rock de esa época.

Aprendida la lección, al menor signo de rebeldía, ya seas un rapero neoyorkino o un hip hopero del Bronx, la industria te carga de collares de oro, te endosa un buen fajo de billetes, te sube a un nuevo y flamante Cadillac y: hable usted de marginalidad.

Pero el rock es algo más que un estilo musical, es una actitud ante la vida que no tiene nada que ver con llevar el pecho tatuado, en camiseta mascar tabaco, el rock no es una moda ni un estilo de música, el rock es simplemente libertad pura. Porque el rock es un posicionamiento vital y una forma de comunicar sin límites, de manera distinta. Como una energía especial que aúna indisolublemente rebeldía y juventud sin tener en cuenta la edad. Una filosofía vital hija de la última revolución cultural que estuvo a punto de cambiar el mundo. Sigamos intentándolo.


Antonio Jesús García


Publicado La Voz de Almería (18-6-15)


jueves, 11 de junio de 2015

El Poeta y el Simbionte


EL POETA Y EL SIMBIONTE

No conocí a Valente, no se dió nunca la circunstancia de que nos presentaran, pero, evidentemente, sabía quién era y por ello me alegraba verlo caminar por el Paseo de Almería, casi chocar con él cuando te lo encontrabas por la estrecha escalerita de la oficina de Correos, o se le veía acompañado de alguno de sus amigos, imagino, realizando gestiones bancarias y cosas así.

El simple hecho ese, el de cruzártelo casualmente, te hacía sentir bien o esbozar una sonrisa, porque eras plenamente consciente del valor que para una ciudad como Almería suponía que un intelectual de la talla de José Ángel Valente la hubiera elegido para vivir. Lejos de otros personajes más o menos conocidos que suelen optar por el anonimato que les  brinda el Parque Natural, el poeta optó por fijar su residencia en un Casco Histórico aún no puesto en valor en ese momento; haciéndolo además con una implicación total en la vida de la ciudad, participando asiduamente en foros y debates; al margen del beneficio que suponía su relación con otros intelectuales, entre la que habría que destacar la colaboración con el fotógrafo Manuel Falces plasmada en diferentes proyectos de los que se echa en falta su presencia.

Emociones encontradas produce la apertura del Museo José Ángel Valente; por un lado la evidente celebración por la apertura de nuevos espacios culturales en la ciudad y, por otro, el estupor ante un proyecto museístico que a modo de simbionte  se apodera y domina el espacio a musealizar. La casa del poeta se estructura en dos conceptos bien distintos, por un lado está el que respeta parte del estado original de la vivienda, como el estudio en el que trabajaba el poeta y, por otro, una recreación del supuesto universo creativo del literato a través de la óptica personal del proyectista del museo.

Ocurre con más frecuencia de la deseada que la  musealización de un espacio se convierte en contenido del mismo, un museo dedicado a dos artistas, uno el nominal, el poeta José Ángel Valente en este caso, y otro en la sombra, el diseñador del museo.

Esto no quiere decir que desde aquí se abogue por espacios expositivos clásicos e inamovibles y no se admitan propuestas innovadoras, pero nadie entendería que la ornamentación y disposición del Prado sobresaliese sobre los Velázquez.

Claro que esto no es sino una consecuencia de la absoluta perversión que viene sufriendo desde hace algún tiempo la palabra y el concepto  museo, un poco como el del chiste de la máquina de cortar jamón y el bidet, que desde que a un bar de mi barrio le pusieron El museo del jamón y a la colección de quincalla de cualquier pueblo le llaman también museo, las cosas ya no son como antes.


Antonio Jesús García

(Fotografía Manuel Falces)


Publicado La Voz de Almería (11-6-15)

jueves, 4 de junio de 2015

Los Tiempos Están Cambiando

LOS TIEMPOS ESTÁN CAMBIANDO


Corría el año 1963 cuando el conocido y mal encarado cantante Bob Dylan componía uno de esos temas destinados a ser un himno generacional, The Times They Are a Changin’. El tema, visto normalmente como un reflejo de las brechas intergeneracionales y figurando en el número 59 de la lista de las 500 mejores canciones de todos los tiempos según la revista Rolling Stone, no está exento de controversia desde que en 1996 el señor Zimmerman cediera la canción para una campaña del Banco de Montreal.

El ahora presente más tarde será pasado, el orden se desvanece rápidamente y el primero ahora más tarde será el último porque los tiempos están cambiando, o algo así, podría ser una traducción de los versos de Dylan, que servirían para ilustrar la esperanza e ilusión instaurada en la calle a tenor de los últimos resultados electorales donde las candidaturas ciudadanas han dado un vuelco al panorama político.

Menospreciados en infinidad de ocasiones y desafiados por otros representantes políticos a presentarse a las elecciones en vez de protestar en las plazas, el movimiento ciudadano 15-M, surgido a partir de la acampada espontánea en la Plaza del Sol tras la convocatoria de la manifestación del 15 de mayo de 2011, empieza a cobrar sus frutos.

Entre punkarra y rockabilly era la descarada versión con la que el cantante Loquillo firmaba su debut musical en 1981, cuya letra Padres y madres de esta nación no critiquéis lo que no comprendéis, dad paso a esta situación o acabaremos con vuestra institución, sería una estupenda ilustración del grado de inoperancia y torpeza mental en el que han permanecido ofuscados, hasta ahora, la inmensa mayoría  de las fuerzas y dirigentes políticos, ajenos completamente a lo que se les venía encima.

La sentencia emitida por el británico H. G. Wels en su novela La máquina del tiempo, No hay inteligencia allí donde no hay cambio ni necesidad de cambio, se muestra más esclarecedora que nunca; aunque, a tenor de su reacción tras las elecciones, algunos conocidos dirigentes parecen haberse declarado abiertamente marxistas, pero no en honor a Karl, sino al simpar Groucho, Estos son mis principios, pero si no les gustan tengo otros.

Por suerte, parece que los días de hacer política de escasa altura moral, donde ha imperado ese estilo deshumanizado y torticero al que estábamos acostumbrados van a pasar a mejor vida, en pos de una política de colaboración, de entendimiento y de sumar en vez de restar. Para celebrarlo mas de uno recurrirá a Ketama, el grupo precursor del flamenco fusión, y a su mayor éxito, No estamos locos, que sabemos lo que queremos.


Antonio Jesús García


Publicado La Voz de Almería 4-6-15



Pueblos del Mundo: ¡Extinguíos!

PUEBLOS DEL MUNDO: ¡EXTINGUÍOS! La creatividad es la capacidad de generar nuevas ideas o conceptos a base de asociar entre s...