jueves, 30 de abril de 2015

Melodía de Arrabal

MELODÍA DE ARRABAL

La Chanca es  el barrio más conocido de Almería, y lo es gracias a la labor de dos creadores de talla universal. Por un lado, las fotografías de Carlos Pérez Siquier, Premio Nacional de Fotografía, y por otro, La Chanca, libro de Juan Goytisolo, Premio Cervantes 2014. Si a ello se le añade el hecho de ser el barrio más antiguo de la ciudad, el haber prestado su impronta a películas como Mando perdido, o ser refugio en la época árabe de místicos y sufíes, se puede concluír que pocos enclaves urbanos pueden presumir de tal activo en su currículum.

En un período en que los fotógrafos emprendían aventuras a la busca de captar exóticas imágenes,  como Werner Bischof, que viajó a Cuzco, Perú, o a Corea desde su Zürich natal, o Marc Riboud, que retrató el hambre en el Congo, al fotógrafo almeriense le bastó prácticamente darse una vuelta por el patio de atrás de su casa para realizar su impresionante labor. Pocas veces la frase de Paul Èluard hay otros mundos pero están en este alcanzó tan pleno significado.

Este escritor catalán, ligado a la provincia no sólo por esta obra sino también por Campos de Níjar, aún cuando hoy todo son parabienes para con su persona, a punto estuvo de ser declarado persona no grata en la ciudad.

El barrio de La Chanca  fue asentamiento de comerciantes y pescadores en el Siglo XI, junto a La Alcazaba y La Medina, y en sus calles se comenzó a formar la esencia de la ciudad, quedando parcialmente destruida durante los terremotos del Siglo XVI. Si se vislumbró algún atisbo de recuperación éste fue dado al traste al ser bombardeada por los alemanes durante la Guerra Civil.

Auténtico punto de inflexión en la historia del barrio, es el movimiento vecinal surgido en los años setenta y que, desde entonces, con su trabajo y reivindicaciones, intenta sacarlo de la marginalidad social luchando por su dignidad. El abandono y dejadez de funciones por parte de las administraciones es más que patente; en pocos cascos históricos de ciudades se puede contemplar semejante grado de exclusión social.

Hace tan sólo unos días un grupo de turistas que visitaba La Alcazaba volvían sus miradas y cámaras ante sus peculiares estructuras, alborotados, creyendo haber reconocido los escenarios naturales de la serie El Príncipe, cuya trama transcurre en un conflictivo barrio ceutí cercano a la frontera con Marruecos.


Presentada su candidatura en 2011 a ser declarada Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, la falta de infraestructuras y auténticos problemas de limpieza con una población azotada mayoritariamente por el paro, hace presagiar que lamentablemente la espera para su concesión sea para largo.


Antonio Jesús García

Publicado La Voz de Almería (30-4-15)



jueves, 23 de abril de 2015

Ahí va la Hostia, Pues




AHÍ VA LA HOSTIA, PUES

Tras el incuestionable éxito en la gran pantalla de Ocho apellidos vascos encontramos chicarrones del norte hasta en la sopa. Digno de estudio para los sociólogos es la mutación en el imaginario popular del vasco serio y mal encarado, más aun si el lote venía acompañado de capucha y pistola, en ser ahora la salsa de toda comedia que se cocine en el ámbito de lo audiovisual, ya sea en obras de teatro, spot publicitarios, galas de premios o series de televisión como Allí abajo, estrenada con gran audiencia por Antena 3.

La primeras piedras las pusieron los guionistas Diego San José y Borja Cobeaga, años antes de hacerse cargo del film de Martínez Lázaro, cuando en 2003 cogieron las riendas del programa de la televisión vasca Vaya semanita. Frente al supuesto poco sentido del humor que poseían los vascos en relación a ciertas cuestiones consideradas tabús, ellos se atrevieron a burlarse de ETA y a tratar con desvergüenza y descaro cuestiones como el sexo, la corrupción o la idiosincrasia propia. Su imparcialidad en el tema político fue tal que los de un bando consideraban el programa afín al otro lado y viceversa.

Ya en 1988 Los Guiñoles de Canal Plus, inspirados en Les Guignols de I´lnfoa  franceses, a su vez inspirados en el Spitting Image británico, habían osado abordar con humor la actualidad política, aunque de una forma mucho más blanda y suave que en el programa vasco.

Lejos del estereotipo de antebrazos y cuello enormes y mentón prominente de Josechu el vasco (sin tx), el  personaje creado por Muntañola para TBO, el mayor logro de San José y Cobeaga es haber logrado que los vascos se rían de ellos mismos, incluso con un tema tan delicado como el terrorismo. Cabe recordar que el espacio se mantuvo nueve temporadas en pantalla a pesar de las duras críticas vertidas contra ETA, coincidiendo además con el periodo de actividad de la banda.

Un humor exportable además, comprensible para el resto del país, no como, en el mejor de los casos, el decimonónico humor andaluz de los hermanos Álvarez Quintero, que sólo es comprensible para uno cuantos sevillanos y poco más. Y digo en el mejor de los casos, porque la mayoría de las veces basan su maldita gracia en el supuesto acento andaluz genérico, en limitarse a decir quillo, mi arma, y esas cosas. Como si se hubiese doblado el mapa por la mitad propiciando el reencuentro de las dos orillas, la norte y la sur.

Ante la sobreexposición a aitás, amás, patxis, y marmitakos a los que estamos sometidos, cabe preguntarse ¿cuánto tardará el humor catalán en hacer algo similar? O el gallego. ¿Rajoy dando una rueda de prensa por un plasma, valdría? Ahí va la hostia, pues.

Antonio Jesús García

Publicado La Voz de Almería 23-4-15

jueves, 9 de abril de 2015

Al Cielo Con Ella


AL CIELO CON ELLA

Recordarán, los que ya peinan canas, el relativo poco arraigo del que hace tan sólo unas décadas gozaba la Semana Santa en nuestra ciudad, cuando, lejos de las multitudinarias participaciones de la actualidad, los pasos no sólo no eran tan exuberantes y adornados, sino que, ante la poca predisposición del personal por joderse las cervicales alzando al cielo con ella no sé cuántos kilos,  los mismos eran transportados sobre ruedas. Fue con la supuesta llegada de la democracia y las autonomías cuando, por obra y gracia de unos políticos cortos de miras  y por un simple hecho de mimetización, aparecieron las casetas en la Feria, en mayo las cruces desterraron a las mayas, peregrinamos al Rocío y las cofradías y pasos se multiplicaron como las esporas, confundiendo claramente el andalucismo con el sevillismo, transformando notablemente nuestras costumbres.

Resulta de lo más curioso el papel jugado a favor de este proceso por un partido teóricamente socialista de izquierdas, más si tenemos en cuenta que, desde 1937,  el Episcopado Español mostró su apoyo a la cruzada nacional y que la unión entre la dictadura y la Iglesia Católica fue uno los pilares con los que el general pudo sustentar su régimen a cambio de imponer su doctrina moral,  convirtiéndose la Semana Santa y sus procesiones en una clara representación de esa simbiosis. Más aún si atendemos no sólo a la peculiar postura de  la Iglesia durante el periodo de la represión franquista, sino a la estrecha relación mantenida por el propio dictador y otros golpistas con determinadas cofradías, algunas de ellas sevillanas, donde fajines y guiones del dictador y otros militares afines se siguen exhibiendo sin pudor alguno.

Aún así, como toda manifestación popular, la Semana Santa, repostería popular al margen, es fuente de inspiración para otras expresiones artísticas: el film de terror Nadie conoce a nadie, ópera prima de Mateo Gil, está ambientado en la Semana Santa sevillana y asociado a los momentos de pánico vividos durante la madrugá del año 2000; o el cantante Silvio, uno de los personajes más carismáticos y peculiares que ha alumbrado la ciudad de Híspalis, capaz de aunar sus dos grandes pasiones, la música rock y la Semana Santa, dedicando a varias imágenes marianas de su ciudad el tema Rezaré, versión del Pregheró de Celentano, versión a su vez del Stand by me compuesto por Ben E. King, Jerry Leiber y Mike Stoller. La Saeta, poema de Antonio Machado y magistralmente cantado por Serrat, es sin duda alguna uno de los puntos álgidos de estas manifestaciones.

La no separación de poderes entre el Estado y la Iglesia es lo que tiene, al cielo con ella.


Antonio Jesús García


Publicado la Voz de Almería (10-4-15)



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PUEBLOS DEL MUNDO: ¡EXTINGUÍOS! La creatividad es la capacidad de generar nuevas ideas o conceptos a base de asociar entre s...