jueves, 9 de abril de 2015

Al Cielo Con Ella


AL CIELO CON ELLA

Recordarán, los que ya peinan canas, el relativo poco arraigo del que hace tan sólo unas décadas gozaba la Semana Santa en nuestra ciudad, cuando, lejos de las multitudinarias participaciones de la actualidad, los pasos no sólo no eran tan exuberantes y adornados, sino que, ante la poca predisposición del personal por joderse las cervicales alzando al cielo con ella no sé cuántos kilos,  los mismos eran transportados sobre ruedas. Fue con la supuesta llegada de la democracia y las autonomías cuando, por obra y gracia de unos políticos cortos de miras  y por un simple hecho de mimetización, aparecieron las casetas en la Feria, en mayo las cruces desterraron a las mayas, peregrinamos al Rocío y las cofradías y pasos se multiplicaron como las esporas, confundiendo claramente el andalucismo con el sevillismo, transformando notablemente nuestras costumbres.

Resulta de lo más curioso el papel jugado a favor de este proceso por un partido teóricamente socialista de izquierdas, más si tenemos en cuenta que, desde 1937,  el Episcopado Español mostró su apoyo a la cruzada nacional y que la unión entre la dictadura y la Iglesia Católica fue uno los pilares con los que el general pudo sustentar su régimen a cambio de imponer su doctrina moral,  convirtiéndose la Semana Santa y sus procesiones en una clara representación de esa simbiosis. Más aún si atendemos no sólo a la peculiar postura de  la Iglesia durante el periodo de la represión franquista, sino a la estrecha relación mantenida por el propio dictador y otros golpistas con determinadas cofradías, algunas de ellas sevillanas, donde fajines y guiones del dictador y otros militares afines se siguen exhibiendo sin pudor alguno.

Aún así, como toda manifestación popular, la Semana Santa, repostería popular al margen, es fuente de inspiración para otras expresiones artísticas: el film de terror Nadie conoce a nadie, ópera prima de Mateo Gil, está ambientado en la Semana Santa sevillana y asociado a los momentos de pánico vividos durante la madrugá del año 2000; o el cantante Silvio, uno de los personajes más carismáticos y peculiares que ha alumbrado la ciudad de Híspalis, capaz de aunar sus dos grandes pasiones, la música rock y la Semana Santa, dedicando a varias imágenes marianas de su ciudad el tema Rezaré, versión del Pregheró de Celentano, versión a su vez del Stand by me compuesto por Ben E. King, Jerry Leiber y Mike Stoller. La Saeta, poema de Antonio Machado y magistralmente cantado por Serrat, es sin duda alguna uno de los puntos álgidos de estas manifestaciones.

La no separación de poderes entre el Estado y la Iglesia es lo que tiene, al cielo con ella.


Antonio Jesús García


Publicado la Voz de Almería (10-4-15)



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