jueves, 25 de febrero de 2016

Para Siempre Es demasiado Tiempo


PARA SIEMPRE ES  DEMASIADO TIEMPO

Hay que reconocer que, en nuestra sociedad, de pocas cosas se puede decir que sean para siempre. Por suerte la sentencia de Marcos, lo que Dios ha unido, ningún hombre lo separe, es perfectamente soluble, y ni siquiera los matrimonios tienen por qué ser para toda la vida. Pero si en la actualidad hay algo aparentemente para siempre, son los tatuajes.

Aunque pueda parecer una moda de nuevo cuño, lo cierto es que nos encontramos ante un arte milenario y, quizás, uno de los primeros practicado por el hombre. La prueba se encontró en 1991 en un glaciar en entre Austria e Italia. Allí apareció congelado un cazador neolítico, con la espalda y rodillas tatuadas.

En Egipto eran sobre todo las mujeres quienes se tatuaban. Se le conferían al tatuaje funciones protectoras y mágicas. Celtas y germánicos usaban los tatuajes con fines bélicos. Y así numerosas culturas. A partir de la Edad Media el catolicismo y su férrea mentalidad los prohibió. Siendo reintroducido en la sociedad occidental por el Capitán Cook y a  su vuelta de la Polinesia en 1771.

De una forma u otra, los tatuajes, ejercen de una suerte de talismán a quien los portan, por lo general ligados a la rebeldía, a un ser querido o a un acontecimiento importante.

La paradoja lleva a que un acontecimiento importante, aparentemente para siempre,  decidas tatuártelo para toda la vida. Para siempre es demasiado tiempo. Es el caso de la actriz Kaley Cuoco, que decidió tatuarse la fecha de su boda; poniendo fina su matrimonio año y medio después; o el de Melanie Griffith y su Antonio en el antebrazo. El método elegido para su eliminación ha sido bien distinto en cada caso. Cubrirlo con otro ha sido el camino elegido por la intérprete de The Big Bang Theory; mientras que la madre de Stella del Carmen ha optado por el laser. Ninguno de los dos sistemas es realmente eficiente, el primero porque para cubrir un tatuaje con otro es necesario hacerlo con uno aproximadamente del doble de tamaño que el primero, y el segundo al margen de necesitar varias sesiones suele ser doloroso y dejar marcas en la piel.

La mayoría de los que se arrepienten de un tatuaje habían decidido tintar su piel con un nombre o con algún símbolo de un romance. Mucho más original sería simplemente tacharlo con una equis y escribir el siguiente debajo, y así sucesivamente.

En Tauados, tema del álbum Balmoral y compuesto por Loquillo e Igor Paskual, el del Clot canta: Es la lucha del amor y de la gloria, se trata de la misma vieja historia. En una misma ceremonia, se citan la derrota o la victoria.


Antonio Jesús García

Publicado La Voz de Almería (25-2-16)

Foto: Angel F. Soler





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