MOVIDA,
PROMOVIDA Y DESMENTIDA.
Le
ha llegado el turno del revisionismo histórico a la Movida,
movimiento contracultural español desarrollado desde los inicios de
la Transición postfranquista hasta mediados de los ochenta.
Las
ansias de libertad, tras cuarenta años de dictadura,
más los ecos del punk propiciaron una especie de ciclogénesis
explosiva a la que se llamó Movida. Imperaba la necesidad de crear y
disfrutar de pop y rock en castellano, importando mucho más las
ganas de decir cosas que el virtuosismo técnico a la hora de
hacerlo. A la interminable lista de grupos musicales (La Mode, Radio
Futura, Loquillo, etc.), le acompañaron aportaciones de las
diferentes manifestaciones artísticas. Cineastas como Almodóvar,
pintores como Pérez Villalta o El Hortelano, ilustradores como
Javier de Juan, o fotógrafos como Pérez Mínguez o Miguel Trillo,
son tan solo unos ejemplos.
La
primera piedra de esta corriente negacionista la puso Álvarez del
Manzano reduciéndola a una creación del aparato de propaganda del
gobierno socialista sin ningún poso. Como si nada de ello hubiera
tenido lugar, como si los discos, canciones, grupos, cómics,
películas, fanzines, pintores o diseñadores nunca hubieran visto la
luz. Olvidando que uno de los discos más representativos, del grupo
Kaka de Luxe, se editó en 1978. Y que Radio 3, que desde sus inicios
se dedica a emitir maquetas de grupos en ciernes, comienza su
andadura en 1979 con Adolfo Suárez en el poder. Descartada así la
conspiración judeo masónica de Felipe González y sus secuaces, ya
que no ganan sus primeras elecciones hasta final del 82, que
argumentaba que fue el PSOE su gran artífice. Inquietantes resultan
también los argumentos revisionistas del otro lado, los que se
atribuyen su gestación, como si ese torrente creador fuese posible
alumbrarlo desde la mesa de un despacho de Tierno Galván o de
cualquier otro político. Evidentemente éstos no perdieron la
oportunidad de salir en la foto, pero no nos engañemos, exactamente
igual que sigue sucediendo hoy en día. Tampoco faltan las lecturas
interesadas de coetáneos a dicha movida que ahora se autoproclaman
popes de la misma mientras en su momento andaban embutidos en mallas
elásticas haciendo música para quinceañeras.
El
recientemente desaparecido cantante Germán Coppini, interpelado en
una entrevista sobre si existió la Movida, respondió que de alguna
forma habría que llamarla. Indudablemente lo que no se puede hacer
es negarla o atribuírsela políticamente.
Antonio
Jesús García.
Publicado
La Voz de Almería (16-1-14)
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